Es verdad que el hecho de que un centro del prestigio del centro comercial Bahía Sur alquile unos espacios para un mercadillo artesano no es para que se hunda el mundo.
La nueva propietaria no hace más que ser fiel a la filosofía de las socimi (Sociedad Anónima Cotizada de Inversión Inmobiliaria), que no es otra que la de especular con el dinero de los fondos de inversión de diversas partes del mundo y también de procedencia compleja. O sea, hacer caja.
Sin embargo, no lo es menos que los isleños no están acostumbrados a ver cómo se instala una mini feria de artesanía en el centro comercial no como una actividad más de las que organiza, sino además de para hacer caja, para tapar el hueco de los escaparates del desaparecido El Cortes Inglés por la mala impresión que da una de las alas del complejo vacías y llenas de promesas de inversión y puestos de trabajo.
Tampoco es mentira que el principio que rige las socimi en España no tiene nada que ver con esa creación de empleo que se lee por las paredes del centro y en la propaganda de Castellana Properties, la sociedad que ha comprado el centro comercial de Bahía Sur.
Es verdad que este tipo de sociedades invierten mucho dinero, como ya se explicó en este mismo periódico cuando se dio a conocer qué clase de gente llega a San Fernando e incluso habla de pretenden comprar no ya la concesión, sino el patrimonio de todos los ciudadanos.
Pero invierten para mejorar las instalaciones y esa mejora supondrá luego un aumento del precio del alquiler que deja el complejo comercial sólo apto para las grandes multinacionales que cotizan donde mejor les viene.
Ahí está la madre del cordero y lo que hará que pronto no se pueda instalar en Bahía Sur un comercio normal de un empresario de San Fernando, Cádiz, Chiclana, Jerez... que no sea una potencia comercial.
La llegada de esas nuevas marcas, además de encarecer el alquiler al tener unos márgenes que el pequeño comerciante no puede permitirse, supondrán un perjuicio para un comercio local que no es capaz de levantar el vuelo por falta de una cabeza pensante en el futuro del comercio minorista.
Basta recordar los años que lleva el mal llamado Centro Comercial Abierto que sólo tiene de tal el sentido de sus tres palabras, que está en el centro, que está en calles comerciales y está abierto porque no se le pueden ponen puertas a las calles.
La puntilla al comercio
Ante un comercio tradicional sin una acción conjunta que le permita obtener mejores precios y ofrecer las comodidades que ofrecen los centros comerciales ‘cerrados’ en los que todos los empresarios ya saben de qué va el negocio -o quiebran-, la lleganada de la socimi Castellana Properties anuncia la puñalada final al centro de la ciudad.
Las firmas de outlet como algunas que existen ya en Bahía Sur que son las que más colas han tenido en estas navidades serán la tónica habitual y el poco margen que le queda al Centro Comercial Abierto se irán desvaneciendo.
En el Ayuntamiento, sin embargo, están muy contentos con la llegada de esta socimi -y con algún otro árabe millonario que viene a invertir, bendito sea Dios- pero no es malo saber con qué bueyes se ara para que el surco salga recto.
¿Saben para qué nacieron las socimi? Los 50.000 millones de euros que Europa dio a España -por que hubo rescate aunque no lo digan- sirvieron para que estas sociedades compraran el parque inmobiliario sobrante y los activos de los bancos a través de fondos extranjeros.
Luego se creó la Sareb a través del Memorando de Entendimiento (MoU) que el Gobierno español firmó en julio de 2012 con la Unión Europea y que recibió 200.000 activos (80% préstamos y créditos al promotor y 20% inmuebles) por valor de 50.781 millones de euros con la intención de venderlos (a las socimi=fondos de inversión buitres) y recuperar el dinero prestado.
La alianza entre las socimi y la Sareb era la forma de que el Gobierno de Mariano Rajoy, con Luis de Guindos como ministro de Economía, ocultara que la operación de activos de los bancos a través de la creación de un ‘banco malo’ iba a costar mucho dinero a los españoles.
Pagarán los españoles
Aún no se sabe cuánto de esos 50.000 millones que avala el Estado Español ante Europa va a recuperar la Sareb, pero ya se deja ver que los contribuyentes españoles van a pagar decenas de miles de millones de euros vía impuestos.
La mayor parte de los 200.000 activos que tenía que vender la Sareb se han vendido a precio de saldo, lo que augura las pérdidas y las socimi están para eso, unas dedicadas al mercado inmobiliario y otras a otros sectores como el de los centros comerciales.
“El principal privilegio que tienen las socimi es que no pagan el impuesto de sociedades. Todas las empresas están obligadas a entregar el 25% de sus beneficios al Estado como pago por este impuesto”, dice el economista Manuel Gabarre en su libro Tocar fondo: la mano invisible detrás de la subida del alquiler".
“Esta exención es la razón de ser de las socimi. De hecho, no se constituyó ninguna socimi con la regulación de 2009, que no contemplaba esta exención, pero tras las reforma de 2012 España se convirtió en el segundo país del mundo con mayor número de socimis. En 2012, la tasa de paro en España superaba el 25 por ciento, pero solo se le ha dado este privilegio a un tipo de empresa rentista que no crea ningún empleo”, según Gabarre.
Esos son los bueyes con los que tiene que arar el Ayuntamiento de San Fernando que sopesa vender el suelo de Bahía Sur incluso. Y esas son las razones de ser de las socimi. La exención de un impuesto vital para la economía y ninguna creación de empleo.
Los puestos de trabajo que Castellana Properties dice que va a crear no es más que lo que se ha perdido con la marcha de El Corte Inglés cuyas consecuencias no están cuantificadas, pero están.
Por ahora sólo se sabe que habrá cines nuevos pero nada sobre las marcas que vienen a San Fernando. El tiempo irá dando o quitando razones mientras que en la calle se piensa en lo principal: - “Que pongan un Primark”. Y otros piden lo imposible: que vuelva El Corte Inglés.
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