La popular Borriquita salía a las 16.00 horas con una tarde soleada y celebrando los 25 años de la bendición de la imagen del titular, obra de Miñarro, que sustituyó a la realizada por Salvador García Piñero, ‘Boro’. Lo hacía después de que el pregonero de la Semana Santa de San Fernando, Juan Carlos Muñoz Rivero abriera las puertas de La Salle.
Minutos después daba la levantá del paso José Roda Bozo y Carolina Castilla le cantaba la primera saeta. No faltó otra saeta a cargo de Manuel Lucas, pero si se notó la ausencia de Antonio Sánchez Mallou, Tolín, fallecido el 7 de abril de 2018.
Era una jornada de sentimientos encontrados, por el recuerdo del que fuera capataz de Cristo Rey, Luis Sánchez Ordóñez.
La agrupación La Santa Cruz de Benamejí, Córdoba, acompañó el paso de misterio, al que precedían niños vestidos de hebreos, aportando el revoloteo de palmas.
Era Domingo de Ramos de estreno de nuevos capataces de las cuadrillas de hermanos, y de nueva junta de gobierno, que comenzó a recuperar las capas que llevaban algunos hermanos que preceden a la Virgen de la Estrella, cuyo paso acompañó la banda de música del Nazareno.
La cofradía lasaliana también recordó el 300 aniversario de la muerte de San Juan Bautista de La Salle, en el año jubilar para La Salle, con un lazo blanco e en el misterio, y otro que llevan todos los pasos por los cristianos perseguidos en el mundo, en el e palio.
Precisamente fue al paso de palio al que se le partió un varal de una esquina cuando se adentraba en las Siete Revueltas, a pesar de los suaves mecíos de su cuadrilla de hermanos. La cofradía culminó su salida cumpliendo horario.
Humildad y Paciencia, mostró en las calles la nueva disposición de las imágenes, incluída una adaptación de un suelo tipo pedregoso y con un conjunto más integrado.
La cofradía ha ganado tras introducir el pasado año las nuevas imágenes secundarias, obra de Joaquín Domínguez Vidal.
El gran paso dado por la hermandad de la Ardila, se vio reflejado en el público que acompaña y presencia el discurrir de la hermandad a lo largo del itinerario. La agrupación musical Los Remedios de Chiclana, se estrenaba tras el paso del Señor de la Humildad y Paciencia.
El paso del Señor de Humildad llevaba un lazo negro en recuerdo del que fuera fundador de la cofradía y miembro de la junta de gobierno de Santo Entierro Enrique Santiago García López.
La Virgen de las Penas, el único palio que procesiona con tres imágenes, además de la Virgen, San Juan y María Magdalena, estuvo acompañada un año más por la banda de música Maestro Agripino Lozano.
La asociación de Jóvenes Cargadores Cofrades portó los dos pasos de la hermandad con el estilo de carga propio de un largo camino.
La Plaza de la Iglesia se convirtió en un hervidero de público para ver la salida de Columna. No importaba que el titular hubiera salido el 12 de octubre y la espera no fuera tan larga, porque después de más de un año salía el paso de palio de la Virgen de las Lágrimas.
Un palio de proporciones perfectas. Había novedades destacadas en el cortejo. En el paso de misterio figuraba la silla januga que ya salió en la procesión extraordinaria de octubre, pero en esta ocasión, sobre la misma estaba una clámide bordada sobre terciopelo, por el taller Virgen del Carmen, un cojín con la corona de espinas y junto a él un cetro.
Tras el misterio era novedad la agrupación musical Nuestro Padre Jesús Nazareno de la Algaba, que cumplió con las expectativas.
El Señor de la Columna estrenaba potencias de plata, realizadas por el orfebre Bernet, y un cordón de hilo de plata. Bella iba la Virgen de las Lágrimas con un exorno floral a base de rosas, exornado por Luis de Celis. La banda Maestro Enrique Montero de Chiclana acompañó el paso de palio, que lució especialmente por las calles de San Fernando, sobre la cuadrilla de hermanos.
Una procesión especial por estar dentro del 125 aniversario de la cofradía, que llegaba con antelación de 13 minutos a su recogida, una recogida en la que no hubo encuentro con los dos pasos.
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