En silla de ruedas, emocionado cuando su hija contaba lo que había supuesto para ella vivir con un artista, con su Nani junto a él en el mundo perdido del Alzheimer y rodeado de familiares y amigos, volvió Bernardino de Hoyos para que la Historia no sea esquiva con quien llevó el nombre de La Isla por muchos rincones plasmándolo en una cartelería que tiene su rincón de honor en el mundo del arte. Un rincón merecido.
Bernardino de Hoyos salió este sábado 17 de agosto de un olvido que él mismo se impuso y sobre el que no dio ninguna explicación que no fuera su dedicación por entero a sacar adelante a una familia de siete hijos. Ahora, muchos años después, ya ha supuesto un descubrimiento para muchas personas que no lo conocían y un reconocimiento de aquellos que admiraron su obra. No sólo sus carteles, sino un amplio trabajo en el que fue encadenando diferentes técnicas, lo que demostraba su maestría indiscutible.
El Centro de Congresos Cortes de la Real Isla de León ha sido testigo del homenaje que le han tributado familiares y amigos, además del Ayuntamiento de San Fernando representando por el alcalde en funciones, Angel Martínez, donde tuvo lugar una conferencia del pintor Angel Torres Aléu que fue más un homenaje emocionado a su amigo.
Luego se ha inaugurado la muestra en el Museo Histórico Municipal que está compuesta por una decena de sus carteles, cinco óleos, una treintena de dibujos, seis acuarelas, cuatro escenas de tauromaquia y una decena de anuncios publicitarios a la espera de que se puedan añadir etiquetas de vino diseñadas por el artista. Será una perfecta ocasión para conocer el legado de un artista cuyo arte ha formado parte del imaginario popular a través de diferentes soportes ilustrando las publicidades de famosos acontecimientos y productos diversos.
El artista
Bernardino de Hoyos Gutiérrez nació en San Fernando el 31 de Marzo de 1921,hijo de Bernardino de Hoyos González y Luisa Gutiérrez Gómez, ambos montañeses. Su padre ocupó durante algún tiempo la presidencia de la Unión Montañesa, pero falleció cuando su hijo contaba sólo con dos años de edad.
En 1956 contrajo matrimonio con Juana Sánchez Mallou, su querida Nani, con quien tuvo siete hijos.
Según sus propias palabras de pequeño “sólo queria pintar”. Se educó con los Hermanos de la Doctrina Cristiana, donde siempre destacaban sus buenos dibujos y, sobre todo, su pulcritud a la hora de pintar.
El hermano José “bregó con él para que fuera sacerdote”, pero la precaria situación en su casa propició que este religioso intercediera para que lo colocaran en la Constructora Naval con tan sólo catorce años, ya que su madre necesitaba con urgencia que él aportara ingresos al hogar.
Al iniciar sus estudios de maquinista mercante fue reclamado por el profesor de dibujo de la Escuela Naval, Germán Caos, para incorporarse como adjunto a su departamento. Fue en esta etapa donde empezó a desarrollar su talento, trabajando como delineante proyectista y como artista, cuyas obras fueron a ornamentar las diferentes dependencias de La Bazán.
Fue la obtención de un premio en un concurso de cartelería en Cádiz lo que lo convirtió poco a poco en toda una referencia en esta materia en la provincia e incluso a nivel provincial. Semana Santa de Cádiz y San Fernando, Fiestas de la Vendimia de Jerez, Feria de Jerez, Feria del Puerto fueron eventos anunciados por carteles de Bernadino de Hoyos.
Otras facetas de su obra son el trabajo de publicidad para el cine que se proyectaba en los noticiarios del NODO y el etiquetado del vino de Jerez. Una buena muestra de su obra podrá contemplarse desde el 17 al 27 de agosto en su ciudad natal.
Y es,como ocurre con todos los grandes hombres, sólo es una pincelada de una vida prolífica y de un talento innato que tuvo la suerte de disfrutar y hacer distrutar a los que lo rodean.
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