La procesión del Corpus Christi brilló en las calles de San Fernando. Más altares en su itinerario y más alfombras, sin importar el tamaño, pues el hecho de su existencia provocó que el itinerario de la procesión fuera un reguero de público.
La procesión salió en torno a las siete de la tarde de la iglesia Mayor, después de la celebración de la eucaristía presidida por el arcipreste y concelebrada por el clero de la ciudad. En el momento de la comunión, comenzaba la salida de la procesión, mientras el viril era colocado en la custodia del paso.
Numerosos niños de primera comunión abrían el cortejo y tras ello las agrupaciones parroquiales y hermandades de Gloria, hasta terminar con el paso del Patrón San José, portado por su cuadrilla de hermanos y sin música. Tras el paso de San José se abría un nuevo tramo de la procesión con las hermandades de penitencia antes del paso de la Patrona, la Santísima Virgen del Carmen Coronada, precedida por hermanos y fieles, además de dos carmelitas descalzos. El paso de la Patrona, que procesionaba por última vez con un manto sin bordar, ya que en julio estrenará la capa bordada recientemente restaurada, iba portado por una cuadrilla de Pepe El Mellao, también sin música.
Tras el paso de la Virgen del Carmen aparecían las hermandades sacramentales con guión sacramental y bandera corporativa, además de la Adoración Nocturnas, Real Academia de San Romualdo, Asociación de Jóvenes Cargadores Cofrades, Policía Nacional y Policía Municipal, representantes del colegio de Graduados Sociales, del colegio de Abogados, médicos y Consejo de Hermandades, entre otras representaciones civiles. La presencia de la Armada El paso de la custodia con el Santísimo iba escoltado por gastadores de Infantería de Marina y procesionó a ruedas, siendo llevada por la Asociación de Jóvenes Cargadores Cofrades. Bajo el paso dos matrimonios y cargadores, delante el capataz y tras el paso el responsable del volante.
Ante el paso de la custodia iba el coro y orquesta San Pedro Nolasco de Jerez, mientras que tras el paso iba el arcipreste de la ciudad, acompañado del clero, palio de respeto y autoridades militares como Rafael Roldán Tudela, General del TEAR acompañado de las comisiones militares y miembros de la corporación municipal bajo mazas, presidida por la alcaldesa, Patricia Cavada.
El cortejo se cerraba con la Unidad de Música del TESUR de Infantería de Marina, bajo la dirección de Juan Máximo Rodríguez Peinado y una sección de honores de la Infantería de Marina.
El tiempo acompañó pues no hizo la calor de otros años y eso propició mucho público a lo largo del itinerario y desde la salida de la procesión, si bien fue ya en la calle Real donde se concentró la mayor parte. El desfile de la fuerza fue el punto final junto con la bendición y reserva.
Más altares y alfombras.
La jornada del Corpus Christi se vivió con intensidad entre las calles Las Cortes y General Valdés, donde se ubicaron la mayoría de los altares. Destacó este año la ausencia del altar de la sacramental de Misericordia, que el año pasado llamó poderosamente la atención. Pero esta ausencia se vio suplida por la Hermandad de la Soledad, que montó un altar basado en la pintura del Museo Nacional de México que simboliza el triunfo de la Iglesia, aprovechando sus imágenes de José de Arimatea y Nicodemus, representando a San Pedro y San Pablo.
También montaron altares Medinaceli, Servitas, Columna y Caridad, y Nazareno. En cuanto a alfombras, tres de Soledad, Grupo Coronación de Espinas, Belenistas y Caridad. En el concurso convocado por el Ayuntamiento de San Fernando y la Comisión Pro Corpus Christi el primer premio fue de nuevo para la Archicofradía de Medinaceli, el segundo para la Hermandad de la Soledad, y el tercer premio para la Orden Servitas.
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