Resulta difícil discernir si son los políticos la peor plaga que sufre España. El periódico ofrece cada jornada un surtidito pleno de materia prima para cualquier literato.
Durante décadas he escuchado en la universidad la expresión “ha salido mi plaza”. Eso suponía que el puestecito ocupado por el interfecto interinamente, tras la decisión digital de un catedrático o titular, salía a concurso. Por supuesto, el sistema estaba pulido para que sólo el interfecto –quien durante años había sido gentil ayudante de su mentor, sustituyéndolo en clases, exámenes o estudios- pudiera ganar en propiedad la plaza. Al ocurrir, lo festejaba a lo grande, como si hubiera triunfado en buena lid.
No serán todos así. Como no serán todos los taxistas de Sevilla como parecen, pero lo que parecen es tan tenebroso que no me monto en uno hace años. Cualquier sevillano ha vivido experiencias a bordo de las que se cuentan, ya no en los bares -hay que tener cuidado, igual hay un chófer al lado-, sino en reuniones familiares, sobre los refinados sistemas de estos conductores para ganar mejor soldada mensual. Ahora en un juicio se les acusa de mafiosos…
El asunto de la Policía Local y sus exámenes de mentira huele bastante napolitano, pues con uniforme todo parece propio de Coppola. Y a la mítica bolsa de conductores de Tussam la creo digna de otra peli, más bien tipo Hoffa. Los medios de comunicación participan del mamoneo. Conozco a una docena de prestigiosos profesionales que decidían, o deciden, la ubicación –o desaparición- de noticias en función de las campañas publicitarias. Qué les voy a contar.
Por no hablar de los dentistas, fisioterapeutas y otros profesionales de bata blanca ¿Alguien es capaz de recordar alguno que permita pagar con tarjeta; o que dé factura? Sí, alguno habrá que deje rastro de sus ingresos a efectos fiscales.
El mamoneo es un estado natural en nuestra querida Sevillaland. Tan ecosistémico que a nadie le extraña cuando explicas cómo te colaron en el hospital porque trabaja una amiga celadora.
La dieta mediterránea no se limita a lo gastronómico. El concepto resulta más vasto y poliédrico, propio del cruce de culturas del que somos parte. El mamoneo define de forma quirúrgica un modo de vida ya asumido por bastantes. Alguno se conformará mirando a Cádiz, donde según se ha desvelado se otorgan 1 de cada 4 peticiones de incapacidad ¡de España!
Pero no creo que sus norteños vecinos, nosotros, podamos considerarnos precisamente los alemanes del sur.
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