Provincia de Cádiz

Tensiones territoriales y dudas sobre la unidad en víspera del congreso provincial del PP

Los compromisarios se dividen entre los que contienen la respiración por temor a la revolución tranquila de Bruno García y quienes la dan por hecho

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  • Bruno García (i) asume la presidencia del PP de Cádiz este domingo; Germán Beardo será el número dos. -

Las filas del PP de Cádiz encaran este domingo el XVII Congreso Provincial a la expectativa. Ni Bruno García y sus afines, ni Germán Beardo y su correligionarios, han hecho esfuerzos por cerrar heridas y trabajar en la misma línea más allá de la publicación de un puñado de fotos en las que se les ve juntos en la gira  por los municipios para la recogida de avales. Al contrario. Las declaraciones en defensa de que Antonio Saldaña sea cabeza de cartel a la Alcaldía de Jerez en el programa Siente Cádiz, dirigido por Ana Huguet en 7TV, por parte del primer edil de El Puerto y nuevo secretario general de la formación, han agitado el avispero. Si bien Beardo descartaba en su intervención que el controvertido concejal tuviera peso en el próximo Comité Ejecutivo, sus palabras elogiosas han provocado inquietud en Cánovas del Castillo y han tenido eco en Sevilla y Madrid, donde la candidatura de la unidad está bajo la lupa.

Además, desde el pasado 8 de abril, cuando INFORMACIÓN adelantó el acuerdo entre las direcciones regional y nacional para renovar la dirección, las tensiones en el ámbito municipal, que Ana Mestre no solo fue capaz de arreglar, sino que incluso en algún caso alentó, se han agravado. Las dos corrientes, la conservadora, muy combativa desde que Antonio Sanz abandonó la presidencia, y la renovadora, de amplio espectro y que se impuso en el congreso nacional, han protagonizado alguna escaramuza local en los últimos días, agravando la debilidad territorial de un partido que se vio superado por Vox en la última cita electoral.

Bruno García ha optado por una baja exposición mediática y política. En una entrevista con Europa Press, tiró de manual y planteó un programa de Gobierno “bajo la premisa de ser un partido que esté en la calle, cercano a la gente y sirva de herramienta útil para solucionar los problemas de los gaditanos”, pero no ha ofrecido detalles sobre las comunicaciones que se expondrán en la jornada de mañana para la reactivación económica y social de la provincia, el papel del PP en los gobiernos y la hoja de ruta municipalista. Sin claves sobre el discurso del PP para liderar la acción política en la provincia, el nuevo presidente ni siquiera ha activado su perfiles en redes sociales, algo que contrasta especialmente con la hiperactividad de Germán Beardo en este sentido.

Pese a todo, Bruno García obtendrá el abrumador apoyo de los más de 500 compromisarios, que se dividen entre quienes contienen la respiración ante la posibilidad de que ejerza como presidente y lleve a cabo una revolución tranquila, pero firme, y quienes dan por hecho que lo hará. A su favor cuenta con el madrinazgo de Teófila Martínez, toda una institución, el apoyo del núcleo duro de la actual dirección provincial y la confianza incondicional de Juanma Moreno y Pablo Casado, quienes valoran su carácter conciliador y tono moderado, su experiencia como concejal del Ayuntamiento de Cádiz y su solvente trabajo como parlamentario andaluz. Tanto Madrid como Sevilla no quieren ruido ni enfrentamientos ante los más que posibles adelantos electorales. La prudencia de Bruno García cotiza al alza pero tendrá que probar su autoridad. La primera prueba la tendrá en el diseño del Comité Ejecutivo, que no se conocerá hoy y que no está resultado fácil confeccionar.

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