No hay certezas algunas sobre cómo podremos viajar en el futuro inmediato pero “no son pocos los que quieren viajar ya”, asegura el director de la agencia de B The Travel Brand en la calle Porvera de Jerez. David Montero volvió a la oficina el pasado lunes 15 y, aunque reconoce que la mayor parte del tiempo lo dedica a aplazar a 2021 reservas previstas para los próximos meses y llevar a cabo devoluciones de anulaciones, ya tramita presupuestos y confirma estancias.
Como Miguel Ángel Campanario, propietario de Campa Tours, en El Puerto. Y, en su caso, sin haber abierto aún, lo hará mañana, las puertas de sus dos establecimientos. “España se ha convertido en nuestro destino favorito”, señala y, concreta, “el litoral andaluz se impone entre las preferencias”. También despiertan interés, pero menos, destinos de interior como Soria, Salamanca, Zaragoza y Trujillo, donde se presume que habrá una menor afluencia de turistas. Con la costa autonómica solo compite, en parte, las Islas Canarias, puntualiza Montero.
Fuera de nuestras fronteras, organizar un viaje no entra en los planes porque se complica. Incluso si se trata de alguna ciudad europea. “Un vuelo ahora es una lotería”, apunta Campanario, porque se están reprogramando según la demanda, por una parte, pero también según la evolución de la pandemia. “Con el rebrote de Pekín ha habido cancelaciones”, añade.
Montero confirma que, efectivamente, el mercado internacional se resiente, y señala que, por ejemplo, los traslados al Caribe no se reanudarán hasta mediados del próximo mes de julio con una muy menor frecuencia. “De cinco o seis vuelos semanales, solo habrá uno, dos en el caso de Cuba, a principios de agosto”, detalla.
La crisis también está modificando los hábitos de consumo. El cliente de Campa Tours ha reducido la estancia media de al menos siete días, en un verano cualquiera anterior a la crisis sanitaria, a cuatro o cinco noches actualmente.
“Antes, ofrecía el seguro de cancelación, ahora es una de las primeras cuestiones que solicitan”, afirma el responsable de la agencia. “También preguntan por las restricciones de las zonas comunes de los hoteles” cuando han decidido el destino.
El sector, que vuelve a la actividad paulatinamente, aún sufre las consecuencias del crack financiero de 2008. “Con la irrupción de internet, también tuvimos que reinventarnos”, subraya Montero. Ante la nueva crisis, se muestra razonablemente optimista. “Las agencias de viajes podemos ofrecer justo lo que se necesita en estos momentos y en el futuro: seguridad y confianza a los clientes”, concluye.
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