Plaza del Pósito

El plástico que lo envuelve todo

Las dramáticas escenas de animales marinos ensartados en pajitas de plástico, no son más que la punta del iceberg del verdadero problema...

Publicado: 25/06/2019 ·
13:21
· Actualizado: 25/06/2019 · 13:21
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Autor

Santiago Donaire

Santiago Donaire es un histórico militante socialista de la provincia de Jaén comprometido con su tierra

Plaza del Pósito

La actualidad política y social narrada en este espacio desde la experiencia de un librepensador

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Las dramáticas escenas de animales marinos ensartados en pajitas de plástico, no son más que la punta del iceberg del verdadero problema. No se trata de estética medioambiental, es la vida misma del planeta y por tanto la nuestra la que está en juego.

Cada minuto en el mundo se venden un millón de botellas de plástico y cada una de ellas tarda unos 450 años en desintegrarse. En ese tiempo el plástico se descompone en fragmentos diminutos que terminan en los animales marinos o en la sal de mesa. Un estudio de la OCU hallaba contaminantes plásticos en hasta el 70% de la sal y el marisco que se vende en España y en el 93% del agua embotellada. Esto último es aún más sangrante, pues nos han convencido de los beneficios del agua embotellada sobre la del grifo, cuando nuestra agua potable cumple con todos los parámetros de potabilidad, es segura y además carece de los microplásticos de la embotellada.

El uso desaforado de los plásticos y su deficiente reciclado, ha incidido en la presencia de microplásticos en la cadena alimenticia y por tanto en nuestro organismo, ya son un hecho constatado. Es un fenómeno nuevo, no hay evidencia científica de que los microplásticos representen un riesgo para los humanos cuando pasan por la cadena alimentaria, pero existe una creciente preocupación sobre la posibilidad y hay científicos que sospechan en la influencia de los plásticos en reacciones inflamatorias en el tracto digestivo entre otras muchas. Greenpeace adelantaba que en un futuro no muy lejano que cuando nos hagan análisis de sangre nos medirán el microplástico que tenemos. Alucinante.

En los Súper de las cadenas alimenticias, todo lo venden bajo plástico, no es una decisión higienista, es una decisión económica. Reducen con ello la mano de obra y por tanto aumentan sus beneficios. Lo que le pase al planeta, a los consumidores o a las próximas generaciones eso queda en su segundo plano. Puro capitalismo o liberalismo progresista, como le llaman ahora. Eso sí, la mala conciencia la pretenden limpiar con campañas publicitarias, donde nos engañan con el uso de bolsas reutilizables o de papel, para seguir llenándolas de sus productos atiborrados de plásticos. 

El comercio local tendría una magnífica oportunidad de negocio apostando por la salud del planeta y la propia, liderando el cambio: “No usamos plástico”.  Hagámoslo como se hacía antes, como siempre, ¿o es que no comprábamos antes del plástico? Envuelvan sus productos en papel o directamente al cesto o al carrito, llevemos tapes de cristal desde casa. No lo duden por nuestra salud y por su negocio, apuesten por el cambio, adelántese a los que más pronto que tarde vendrá, somos muchos los que lo demandamos.  “El Comercio local por la salud del planeta y de sus vecinos”.

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