Sabor agridulce el resultado de las municipales celebradas el pasado domingo. Hay que remontarse 32 años para para ver al PSOE como primera fuerza en las elecciones municipales de la ciudad de Jaen, incuestionable la victoria de Julio Millán, aunque de momento los números no den para configurar gobierno. Tan incuestionable como la retirada de la confianza del electorado al Partido Popular de Javier Márquez, castigado por su incapacidad de gestión y por la ausencia de un proyecto de ciudad que fue solventando con una suma de ocurrencias y parches inconexos.
Esta ciudad tiene mucha resistencia a los cambios y el esperado sorpasso de Ciudadanos al PP no se produjo, eso no le resta importancia a unos buenos resultados de María Cantos que se convertirá en la llave de la plaza de Santa María. La ultraderecha lejos de las expectativas del pasado 2 de diciembre, hoy es en un aliado incómodo para los llamados constitucionalistas, por sus fobias con todo lo que significa el estado del bienestar y de los derechos que nos dimos desde 1978.
La izquierda del PSOE ha sido incapaz de ponerse de acuerdo para ir juntos a pesar de coincidir en orígenes, programa y principios. El electorado y la Ley D'Hont les ha castigado, gobernar una ciudad es más complejo que acordar con los compañeros y ni eso fueron capaces.
A pesar del triunfo del Partido Socialista, fruto de la capacidad del candidato en trasmitir confianza y proximidad, sin olvidar la influencia positiva del excelente e ilusionante momento propiciado por el Gobierno del cambio de Pedro Sánchez, no podrá gobernar la ciudad sin acuerdos con otras fuerzas políticas, acuerdos que le garanticen un gobierno de coalición o en solitario con apoyos puntuales. Eso desde esta modesta opinión, lejos de las mesas de negociación, solo es posible con Adelante y Ciudadanos.
Aun marcando las oportunas líneas rojas, tanto en los socios como en las propuestas. Cuesta trabajo admitir que nos sean capaces de llegar a un acuerdo con una serie de medidas de gestión vitales para la ciudad como son: casco antiguo, barrios, rehabilitación de vivienda, emprendedores, movilidad, comercio local, vida cultural, instalaciones deportivas, limpieza, PGOU, deuda, transparencia…
La ciudad tiene tantos y graves problemas, que los temas que no haya acuerdo y que no sean programáticos, se pueden quedar aparcados. Hay de sobra puntos donde poder trabajar desde lugares confluyentes y de consenso.
El domingo 26 de mayo hablamos los ciudadanos, ahora les toca a nuestros representantes y eso es lo que esperamos. El mensaje fue claro, no queremos más de lo mismo ni de los mismos, se agotó el ciclo. Jaén no puede mirar para atrás. María no mires para atrás, es una oportunidad única.
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