Patio de monipodio

Cien vagones menos

“Movimientos como este marcan el camino”...

“Movimientos como este marcan el camino”. Palabras (escupidas con desprecio) del Ministerio de Fomento y la Dirección General de Renfe. Este es el camino que estiman deben seguir: quitarle a Andalucía CIEN vagones de cercanías para llevarlos a otra Comunidad. Primero dejaron Granada sin tren y se quedaron tan tranquilos. Ahora nos quitan cuatro mil plazas de cercanías, tres mil a Sevilla y mil a Cádiz. Y siguen respirando como si tal cosa. Razón de más para que los andaluces aplaudamos, animemos y defendamos con toda el alma la independencia de Cataluña, si ésta, como otras medidas tomadas a nuestra costa, se ha dado para desanimar la separación catalana. Pero no va a disminuir la frecuencia de trenes, “sólo” que serán más cortos: los de cinco vagones tendrán cuatro y los de cuatro tres. ¡Qué fácil para Renfe!, que todavía es una empresa pública, dependiente del Ministerio de Fomento. Así que ahora los trenes de cercanías, llevarán menos gente a bordo; una quinta o una cuarta parte menos, para ser más exactos. Así que a la playa habrá que ir en coche, o en autobús. Y los universitarios y trabajadores que necesitan desplazarse, tendrán que buscarse otros medios. Si hasta ahora en determinados horarios se agotaban los billetes, desde ahora muchos tendrán que madrugar más y llegar más tarde, si las compañías de autobús ven la oportunidad.

“El movimiento de trenes demuestra el buen entendimiento entre Renfe y la Generalitat”, informa La Vanguardia. Y lo mal que se llevan con Andalucía, sería justo añadir. Lo denunció Maíllo: “se desatasca el área de Barcelona, a costa de atascar las de Sevilla y Cádiz”, dijo el dirigente de IU. Y el Gobierno y Renfe le hicieron el mismo caso que hacen a todas las necesidades de Andalucía. Si la Junta tuviera un poder similar al de la Generalitat… pero no, no hay que temer. No hace falta amenazar con tomarse la independencia, bastaría en -como hacen allí- pensar más en lo propio y menos en Madrid. Porque este es el problema. “Región” de segunda, o de tercera, que ni puede osar “compararse” a las comunidades de primera. Lo dice la norma, más poderosa que la Constitución, la norma aceptada allí, en Madrid y aquí. Que es lo peor.

De verdad: lamentable es tener que reconocerlo, si hubiera ocurrido en otro lugar de Andalucía, los gritos se dirigirían al tan manoseado “centralismo sevillano”. Pero, no. Les ha tocado a Cádiz y a Sevilla, por lo que no puede ser “sevillano” el centralismo. Renfe es una empresa estatal y pública; toma sus decisiones en Madrid y depende de un Ministerio, o sea: del Gobierno. El centralismo es sola y exclusivamente madrileño. Es decir: practicado desde Madrid. Como todo. Ya va siendo hora de que los andaluces comprendamos y aprendamos a distinguir y a poner los nombres a quien o quienes les corresponde. Y a reclamar lo que nos pertenece. Ya pasó el tiempo de “el universalismo es opuesto al regionalismo”. Porque es mentira, y porque de lo que se trata no es de una idea abstracta, sino de algo tan concreto como el tratamiento que se nos otorga desde el Gobierno que -dicen- es de todo el Estado. Pero que el Gobierno parece no tenerlo tan claro. Allí protestan, y ganan. Y hacen bien. Nosotros ¿Cuándo?

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