Pulseras Moradas

Con el paso templado, despacioso, dejando atrás las baldosas de la calle Maestra con cierta sensación de final de la noche por mucha que quede por delante todavía. Con otoño estrenado por octubre aunque disfrazado de veranillo. Un paseo con una amiga, Inés, que te aprecia tanto como tú a ella y sus amigas, que te permiten cariñosamente ser uno más en un grupo donde a priori nada pintas.


Pasar por la puerta de la nueva redacción de este periódico que en su cabecera proclama lo último que canta el himno con música de Cebrián y letra de Mendizábal, y allí donde la calle Maestra concluye, portentosa se asoma a nuestros ojos, inundándolos, la Catedral de nuestra ciudad. Donde tantas noches de miércoles santo ellas han salido atravesando sus puertas acompañando a la Buena Muerte.


Por mucho que pasemos por allí, el detenimiento de nuestros pasos siempre se sucede y la admiración, siempre se produce. La Catedral de Jaén impresiona, sorprende. Maravilla. Y mientras todos la contemplábamos, Gracia nos preguntó ¿Sabéis que venden pulseras para poder limpiar la fachada de la Catedral? La tengo, le respondí, y acto seguido expliqué a todas ellas el cómo y el por qué de esta iniciativa surgida, una vez más, del Círculo Ánimas. De los Carrillo, fue Javier el que hace meses me puso en antecedentes esta campaña que en un principio me costó entender. Los jiennenses somos tan conformistas que no creía que por comprar una simple pulsera se pudiera ayudar tanto a pegarle un fregado, más que necesario, a la fachada de la Catedral. No obstante me pareció una idea fabulosa, por novedosa y original. El tiempo ha hecho que me coma con  patatas mis dudas iniciales porque la respuesta ha sido abrumadora. Muchos son los comercios que venden la pulsera. Muchos, los jienenses que la lucen día a día en la ciudad. Una pulsera que es reflejo de muchas cosas: el afecto a un monumento, el amor a una ciudad y el trabajo bien hecho si la voluntad es buena. Un euro, una pulsera morada. Un euro, muchas traducciones, por que no sólo se ayuda a la causa común que Círculo Ánimas persigue, sino que con ella además se hace apología del jaenerismo. Para muestra, mi compadre Luisito con un puñado de pulseras atadas por una guita, vendiéndolas en Extremadura como quien va vendiendo chorizos.


  Grano a grano se hace un granero. O eso dicen. Una pulsera morada, más otra, más otra, servirán para ayudar a que nuestra Catedral consiga ser declarada Patrimonio de la Humanidad. Y en tu mano, además, un vínculo que te une a tu ciudad, haciéndote sentir orgulloso de ser Jaén.

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