El Ejército iraquí ha desplegado tanques y artillería en los alrededores de Faluya, de cara a una inminente operación militar que los líderes locales confían en evitar. Las tribus han pedido a las milicias islamistas que abandonen la ciudad, situada en la provincia de Anbar y cercana a Bagdad.
Tanto las fuerzas de seguridad como los responsables tribales han reconocido que el primer ministro, Nuri al Maliki, mantiene paralizada la ofensiva del Ejército a la espera de ver si los esfuerzos de los grupos locales surten efecto y los combatientes del Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIL) abandonan la zona.
Los islamistas, vinculados a Al Qaeda, lanzaron la semana pasada una ofensiva sobre Ramadi y Faluya que ya se ha saldado con la muerte de decenas de milicianos. No existen datos sobre las posibles víctimas civiles y en las filas del Gobierno y las tribus.
Un líder suní ha advertido de que "si el Ejército ataca Faluya para combatir contra un puñado de elementos de Al Qaeda, esto tendrá consecuencias terribles y desencadenará una violencia sin fin". Por este motivo, ha querido "enviar un claro mensaje al Gobierno" pidiéndole que centre su lucha contra Al Qaeda en los alrededores de Faluya y deja a las tribus gestionar la situación "dentro de la ciudad".
Las fuerzas de seguridad recuperaron el control del centro de Anbar el lunes y oficinas del Gobierno, hospitales y mercados han reabierto sus puertas en la capital provincial. No obstante, los combates aún prosiguen en algunas zonas este martes.
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