A dos días de la expiración del protocolo pesquero entre Marruecos y la Unión Europea (UE), su renovación está en el aire porque depende de las dos partes, que lo están evaluando, y de una decisión de la justicia europea sobre su validez por incluir las aguas del Sáhara Occidental.
Este protocolo, firmado en 2019 por cuatro años, otorga 138 licencias de pesca (93 artesanales para España y el resto industriales para barcos portugueses, holandeses, alemanes, polacos, lituanos y letones) para faenar en aguas de Marruecos y del Sáhara a cambio de 50 millones de euros anuales y otros 12 millones que aportan los armadores comunitarios.
El pasado jueves, las autoridades marroquíes y europeas celebraron una comisión de pesca en Bruselas. Según una portavoz de la Comisión Europea, están en "estrechas consultas" para alcanzar una decisión final que tenga en cuenta "el interés compartido de ambas partes". Mientras tanto, los barcos europeos que estén en estos caladeros tendrán que salir el 17 de julio.
MARRUECOS SATISFECHO CON EL ACUERDO
Por la parte marroquí, su ministro de Exteriores, Naser Burita, afirmó este miércoles en Rabat que su país está satisfecho con el acuerdo y que el gobierno marroquí "está reflexionando" sobre su futuro teniendo en cuenta tres criterios.
El primero, destacó, tiene que ver con el deseo de Marruecos de "establecer asociaciones más avanzadas donde el valor añadido marroquí sea más fuerte" y vaya más allá de "pescar, pagar y marcharse".
Marruecos también quiere que se tenga en cuenta la preservación de los recursos pesqueros y el desarrollo de su sector pesquero, que contribuye al PIB marroquí con un 2,3 % y genera 220.000 empleos directos.
Este desarrollo pasa por mejorar las condiciones de los pescadores, dar mayor protagonismo a los actores privados, aumentar las inversiones, reforzar el dispositivo de control de pesca y responsabilizar a los profesionales de la gestión sostenible de los recursos.
El Tribunal de Justicia de la UE se pronunciará en los próximos meses para confirmar o rechazar la sentencia de septiembre de 2021 del Tribunal General de la UE que anuló entonces el acuerdo pesquero, al estimar que no tuvo en cuenta la representación del pueblo saharaui.
Tradicionalmente los acuerdos de pesca se someten a largos procesos de negociaciones, por lo que la vuelta de los barcos comunitarios podría llevar un tiempo. Antes de la firma del protocolo de 2019, estos barcos llevaban un año sin faenar en estas aguas por falta de acuerdo.
Según los observadores, el acuerdo tiene una escasa importancia económica para Marruecos pero un alto simbolismo político, ya que se lee como un reconocimiento implícito de la soberanía marroquí sobre las aguas del Sáhara Occidental, excolonia española en disputa entre Marruecos y los saharauis del Frente Polisario.
¿A QUIÉN AFECTA LA NO RENOVACIÓN?
Para el sector pesquero marroquí el cese del protocolo "no supone ninguna pérdida", afirma a EFE Larbi Lamhaidi, presidente de la Federación de las Cámaras de Pesca de Marruecos, quien defiende una prórroga que tenga en cuenta los "intereses supremos" de Marruecos.
Otros profesionales consultados por EFE se muestran más reticentes. "No queremos que vengan a pescar y marcharse, queremos que se instalen empresas aquí para invertir en el sector y en sus infraestructuras y nosotros nos encargamos del mar", subraya un profesional que pide el anonimato.
Algunos expertos creen que si no hay acuerdo con la UE, Marruecos tiene otras alternativas: firmar pactos con países como China, Reino Unido o Rusia. Así lo cree el economista marroquí Mohamed Jadri, para quien "Marruecos ha ido diversificando sus socios económicos" en los últimos años.
Durante una visita a Rabat el pasado 4 de julio del ministro chino de Agricultura, Tang Renjian, ambos países firmaron un memorando de entendimiento para cooperar en el campo de la agricultura y la pesca, que en este último caso engloba los campos de pesca, acuicultura y transformación de los productos del mar.
Si el cese no afecta a los pescadores marroquíes, sí tiene un impacto sobre el sector pesquero español, principal beneficiario del pacto, aunque actualmente sus pescadores solo tienen activas 19 de sus 93 licencias.
El gobierno español ha prometido ayudas a estos pescadores, que llevan presentes en los caladeros marroquíes desde los años cincuenta del siglo pasado aunque actualmente usan las licencias como una opción alternativa en caso de no encontrar pescado en otros sitios.
De todas formas, tanto Marruecos como la UE destacan que la suspensión del protocolo no significa el final del acuerdo marco (firmado también en 2019) que sigue vigente, según recordaron las autoridades marroquíes y europeas en Bruselas el pasado jueves en un comunicado conjunto.
Continuarán cooperando, dijeron, en el sector pesquero, en el ámbito científico y técnico y en la lucha contra la pesca ilegal.
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