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Cine geriátrico

Aunque para constatar el milagro algunos tengan que frotarse bien los ojos nada más llegar a taquilla, resulta esperanzador y –cuanto menos- consolador...

Publicado: 27/09/2018 ·
23:59
· Actualizado: 27/09/2018 · 23:59
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Autor

Javier Extremera

Javier Extremera es crítico de música clásica. Asimismo es técnico de Cultura en la Diputación de Jaén

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Este espacio trata la mirada más certera y crítica a la realidad (cuando la hay) cultural de Jaén

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Aunque para constatar el milagro algunos tengan que frotarse bien los ojos nada más llegar a taquilla, resulta esperanzador y –cuanto menos- consolador, comprobar cómo en una cartelera dominada feudalmente por el cine prefabricado en exclusiva para esos jóvenes que insuflan hoy de mercantilismo nuestras salas de exhibición, un día puede llegar a colarse entra la tela de araña de su repetitiva programación un filme que habla sobre la vejez y que encima está protagonizada por un grupo de intérpretes que sobrepasan lo septuagenario, en lo que es un claro ejemplo de cine geriátrico. “Book Club”, cuyo ridículo título adoptado aquí es “Cuando ellas quieren”, está firmada por un debutante, Bill Holderman, al que se le escapa como pez entre las manos una historia enteramente desperdiciada. Con un guión tonto, plagado de tópicos y chistes fáciles que parecen surgidos de la mente de un adolescente (como ese episodio infantil montado sobre la viagra, que podría perfectamente venir firmada por los mismísimos hermanos Farrelly), no saca partido a la hora de exponer y ahondar en esa etapa vital donde el reloj cada vez contiene menos cantidad de arena para verter. La tercera edad vista con las deformes gafas de sol de Hollywood, en una película levemente simpática gracias a algún certero diálogo, pero fallido en sus planteamientos cinematográficos, debido a un desarrollo propio de telefilm manido de sobremesa. La cinta analiza los cuatro estados civiles posibles de una mujer madura: divorciada, viuda, casada o solterona empedernida. A las cuatro les da vida un grupo de actrices estupendas y legendarias como son: Candice Bergen, Diane Keaton, Mary Steenburgen y la octogenaria Jane Fonda (o alguien a quien se le parece). Tres ganadoras del Oscar, en lo que podría ser el canto del cisne actoral para alguna de ellas. Féminas que hacen bueno el dicho de la arruga es bella, pese a su constante empeño por enriquecer a más de un cirujano plástico. El otro extremo de la balanza también está bien representado, bajo los crepusculares físicos de Richard Dreyfuss, Andy García y Don Johnson. A todo este muestrario de dentaduras postizas, les zarandean sus monótonas vidas cuando las chicas deciden leer al unísono la novelilla sado-erótica “50 sombras de Grey”. El sexo resurgirá en sus vidas cual ave fénix, pero mostrado de una manera epidérmica, folletinesca y pueril. Cine para esos mayores que siguen inmersos en la pubertad. Tranquilos… hay sexo después de la muerte.

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