José Albujar y Alfonso Artacho, los dos cooperantes malagueños de la ONGD Pozos sin Fronteras que quedaron atrapados en Burkina Faso después del golpe de estado que sufrió el país el pasado 16 de septiembre, no podrán volar hasta París (Francia) este martes, tal y como preveían, al cerrarse el espacio aéreo, cuya reapertura se espera para el viernes aunque podría ser indefinida.
El presidente de la ONGD Pozos sin Fronteras, Javier San Emeterio, entidad para la que trabajan, está en contacto con los dos cooperantes, quienes permanecen recluidos en un hotel al que llegaron después de recorrer los 400 kilómetros que separan la ciudad de Bobo-Dioulasso, donde se encontraban, de la capital, Uagasugú, gracias a que pudieron conseguir de estraperlo gasolina para cubrir este trayecto.
Estos cooperantes, responsables del Área de Cooperación Internacional de Pozos Sin Fronteras, llegaron hace dos semanas a Burkina Faso para trabajar en un proyecto de la ONGD para el suministro de agua potable. Allí fueron sorprendidos por el golpe de estado llevado a cabo por militares que destituyeron al presidente, Michel Kafando.
A pesar de que los gobernantes africanos que están mediando en esta crisis hablan de un principio de acuerdo que restauraría en el poder a Kafando, amnistiando a los golpistas y retrasando las elecciones a noviembre, San Emeterio incide en que en la misma información les llega que dicho acuerdo, que aún no está firmado, "no se sabe si será aceptado por los golpistas, por lo que es absurdo que se hable de ese principio de acuerdo".
Así, ha reclamado al Gobierno central que actúe y busque una fórmula para que los "cinco o seis españoles" que están en Burkina Faso puedan regresar. "No creo que sea tan difícil llegar a un acuerdo, mandar un avión y traerlos. Si pasa algo sería su responsabilidad. Ojalá se arregle pronto", ha manifestado.
"MAZAZO MENTAL"
Los dos trabajadores han recibido "un mazazo mental grande al conocer que no podrán viajar este martes y salir de allí", ha admitido San Emeterio, a quien les han trasladado que están "agotados física y mentalmente después de la tensión acumulada por el viaje hasta la capital, conseguir la gasolina, pasar los controles... todo ello en un país lleno de barricadas, donde no pueden salir a la calle y apenas comen".
A ello se suma que José tiene gripe y el repelente de mosquitos se les está acabando; una situación que les preocupa teniendo en cuenta que Burkina Faso es uno de los países "con más índice de malaria del mundo".
En estos momentos los dos cooperantes están en un hotel, a unos tres o cuatro kilómetros del aeropuerto: "no pueden salir para nada, hay barricadas en todos lados y la situación es difícil". Mientras tanto, pasan el tiempo trabajando y esperando noticias.
"Están redactando proyectos, viendo cómo van otros y sobre todo con muchas ganas de volver después de seis días de tanta incertidumbre. Además hay poca comida, hoy no desayunaron, anoche medio cenaron y se pueden comer un bocadillo de sardinas al día", ha sostenido el presidente de Pozos sin Fronteras, quien ha confiado en que muy pronto sus compañeros estén de vuelta en Málaga.
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