El presunto cabecilla de la Mocro Maffia y uno de los delincuentes más peligrosos de Países Bajos, Karim Bouyakhrichan, se ha fugado después de que la Audiencia Provincial de Málaga lo dejara en libertad provisional en contra del criterio del fiscal.
Según ha adelantado la SER y han confirmado a EFE fuentes policiales y jurídicas, Bouyakhrichan está en paradero desconocido sin que se haya ejecutado la entrega a Países Bajos, cuyas autoridades lo reclamaron a la Audiencia Nacional por tráfico de drogas.
La Policía Nacional española detuvo el pasado 10 de enero en Marbella (Málaga) a Karim Bouyakhrichan, uno de los principales líderes de la Mocro Maffia, el crimen organizado de origen magrebí y radicado en Países Bajos que había extendido sus redes gracias a la conexión con varias organizaciones de narcotraficantes asentadas en España.
Desde entonces, una serie de recursos y de decisiones judiciales con varios juzgados y tribunales implicados ha terminado con su puesta en libertad, su fuga y una nueva orden de detención contra él.
El Juzgado de Instrucción número 4 de Marbella acordó su ingreso en prisión provisional al apreciar la existencia de riesgo de fuga, al tiempo que el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno recibió una orden de detención europea (ODE) de Países Bajos.
Moreno preguntó a Marbella si tenía impedimentos para entregarlo y desde ese juzgado se le comunicó que sí, dado que tenía una causa abierta en España.
La defensa Bouyakhrichan recurrió su ingreso en prisión, recurso que fue estimado -con la oposición de la Fiscalía y pese a la existencia de riesgo de fuga- el 22 de febrero por la Audiencia Provincial de Málaga, que acordó su puesta en libertad con medidas cautelares.
Lo hizo en contra del criterio del fiscal, que advirtió al tribunal de que el detenido estaba reclamado por Países Bajos y de que su fuga "entorpecería de forma muy grave la investigación judicial", según el escrito al que ha tenido acceso EFE.
El tribunal optó por ponerle una fianza de 50.000 euros, la obligación de comparecer judicialmente cada quince días y la retirada del pasaporte, con la prohibición de salida del territorio nacional.
Para entonces, tampoco pesaba ya sobre él la orden de ingreso en prisión de la Audiencia Nacional, dado que la Fiscalía Antidroga, al estar preso por orden del juzgado de Marbella y para evitar que caducase la ODE -que tienen una vigencia limitada-, pidió a Ismael Moreno que decretase su libertad en ese procedimiento y el juez lo hizo.
De modo que el supuesto líder del crimen organizado quedó en libertad y durante más de un mes cumplió sus comparecencias judiciales en distintas ciudades españolas, la última el pasado 1 de abril. El día 15 no consta que cumpliera con su obligación de firmar, según han informado a EFE fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).
Moreno recibió una ampliación de la ODE de Países Bajos por narcotráfico, y hace unos días decidió citarlo a declarar, pero no se presentó, por lo que el juez dictó una orden de detención.
Karim Bouyakhrichan, neerlandés de origen marroquí, había sido detenido por presuntamente blanquear 6 millones de euros procedentes del narcotráfico internacional.
Junto a él fueron detenidas otras cinco personas en la provincia de Málaga y en la ciudad autónoma de Melilla por su supuesta implicación en el blanqueo de capitales y su pertenencia a una organización criminal.
El operativo se saldó con catorce registros en Málaga (tres) y Melilla (once), en los que se intervinieron 75.000 euros en efectivo, 10.000 euros en joyas y dos armas de fuego, y también se bloquearon 173 propiedades inmobiliarias y 3 millones de euros alojados en 148 cuentas bancarias.
Bouyakhrichan era el delincuente más buscado por las autoridades neerlandesas y considerado un histórico narcotraficante de la Costa del Sol, implicado en numerosas investigaciones policiales a lo largo de los últimos años pues funcionaba como punto de conexión de narcotraficantes latinoamericanos y europeos.
Es hermano de Samir Bouyakhrichan, asesinado en Benahavís (Málaga) en 2014 y de quien heredó el liderato de uno de los clanes más importantes de la Mocro Maffia.
Tras este asesinato, presuntamente motivado por la pérdida de un cargamento de cocaína, el clan familiar sufrió una reestructuración que permitió a la Policía obtener información relevante sobre la organización e iniciar en junio de 2018 una investigación centrada en el tráfico de droga a gran escala y el blanqueo de capitales.
Más de 5 años después, la Policía consiguió dar el golpe a este grupo organizado, que había construido una sólida infraestructura con presencia en Málaga, Marbella, Barcelona y Melilla, además de ramificaciones societarias en Marruecos, República Dominicana, Países Bajos y Emiratos Árabes.
Llegó incluso a emplear sociedades vinculadas a la embajada española en Tailandia para blanquear sus ingresos ilícitos, aunque nunca con la connivencia de los funcionarios, según explicaron en su día los investigadores.
El grupo también blanqueaba comprando viviendas de lujo a través de testaferros y mediante el método de la 'hawala', un sistema informal de pago paralelo al bancario.
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