Esta semana se aprobaron definitivamente los presupuestos de 2017 para la ciudad de Sevilla con cuatro meses de tardanza. Ya sólo quedan 8 meses hábiles para desarrollarlos.
Este año los presupuestos han sido aprobados con el voto de calidad del alcalde tras el empate en la votación, PSOE-Cs 14 a favor, PP-IU 14 en contra, y 3 abstención de Participa Sevilla. Aunque la abstención de PS no sea un apoyo explícito, ciertamente ha permitido su aprobación. Tanto en su seno interno como en círculos cercanos a la candidatura se ha levantado polémica por esta abstención criticándola como un apoyo a unos presupuestos que seguirán con las mismas políticas del pasado en beneficio de las élites y a un PSOE que ha incumplido el acuerdo de legislatura. Incluso se ha sumado al aquelarre el profesor de Derecho Joaquín Urías dando por muerta el sueño popular de la “candidatura”, pródigo como siempre a encender hogueras a su paso.
Muchas de las razones esgrimidas para no apoyar los presupuestos chocan contra una realidad: gracias a la comisión delegada de Hacienda, y no porque el PSOE votara a su favor, PS logró que se aprobaran el 80% de las enmiendas. Además se consiguió que el PSOE aceptara cuatro condiciones mínimas para votar abstención como forma de garantizar su cumplimiento, propuesta decidida por una asamblea abierta de la candidatura. No tendría pues mucho sentido no permitir la aprobación de unos presupuestos cuando se han conseguido incluir todas tus condiciones y casi todas tus enmiendas. La gente no lo entendería. Quedaría la candidatura en la marginalidad institucional que muchos de nuestros adversarios nos quieren ver, sin utilidad real, la de un grupo de gente muy maja pero que siempre dice No por principio.
Desde el punto de vista de la utilidad es cómo debe contemplarse el sentido del voto de la candidatura municipalista a los presupuestos, y no basado en una pose moral de saberse inmaculado en los principios. Nosotros no gobernamos la ciudad, no son los presupuestos que desearíamos, pero si hemos decidido estar en las instituciones es para hacer todo lo posible para que algo cambie. Permitimos aprobar estos presupuestos porque no hacerlo sería peor, sería prolongar los presupuestos del año pasado, o peor los de Zoido, que ya se han demostrado ineficaces para la gente.
Entre las medidas que se han aprobado están 3 millones de euros para aumentar el parque de vivienda social, 1,1 millones euros para la conservación y rehabilitación de los centros educativos o 3.652.000 euros para los recursos destinados a empleo.
Estas medidas no van a cambiar radicalmente las desigualdades sociales y barriales que afectan a nuestra ciudad, pero son sin duda un progreso para miles de personas que pueden ver cómo mejoran ciertas condiciones de su vida como la vivienda, la educación o el empleo. Podría aducirse que, como siempre, el PSOE no las cumplirá. Pero más allá de eso, hay una cuestión de fondo estratégica: permitir los presupuestos significa estar ligado a estas enmiendas, no desentenderse de ellas, yendo a los barrios a pelearlas junto a la gente para que se cumplan. Es éste un objetivo estratégico que permitirá construir el bloque popular necesario para ganar en las próximas elecciones en Sevilla. Las mejores cosas que ha conseguido Participa Sevilla, igual que ocurre en la vida, ha sido cuando ha peleado por las cosas en las que creía junto con los movimientos sociales de la ciudad, junto a sus ciudadanos y trabajadores.
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