Alejandro Merello
Pues llegó la tan ansiada desescalada, aunque para algunos pareció más bien el inicio de la escalada. Cierto es que los más pequeños necesitan salir a la calle y dar rienda suelta a su imaginación, hasta hace unos días, amordazada por los límites del confinamiento. Pero no menos cierto es la importancia de marcar los límites de esta rienda suelta y de a quien se les da la empuñadura de la misma.
Parto de la opinión -personal, aunque prácticamente contrastada por los errores de gestión y en la toma de decisiones- de que los que manejan los hilos de este hilvanado estado de alarma son aprendices de costura, más que maestros en los manejos de las agujas. Pero es lo que tenemos y por más que nos afanemos en el uso de las cacerolas a cobijo de los balcones, seguirá siendo lo que tenemos.
Otra cosa es la actitud personal que tomemos cada uno de nosotros, responsablemente. Veremos cómo salimos este sábado a hacer deporte y veremos si vuelve a dar la cara el país de pícaros del que todos parecemos orgullosos, eso sí, por lo bajinis. Todavía vemos por las calles familias enteras paseando a sus hijos, padre madre y abuela incluida, eso sí, separados medio metro.
Pero no es cuestión de la calidad de la salida, ni siquiera del parentesco, aquí si que es una cuestión de cantidad. Que yo salga sólo a la playa no va a hacer peligrar las cifras de contagio, pero si lo hacemos todos, puede que sí. Y es ahí donde tenemos que incidir, en el civismo y la responsabilidad que se nos exige en esta situación. No podemos flaquear en ese civismo porque no nos guste los que dictan las normas a cumplir ¿O acaso se saltan ustedes un semáforo porque considere que su ubicación no es la perfecta? No, ¿verdad? Pues eso.
Ahora se nos plantan mil dudas. Sobre todo al grueso de empresarios, autónomos y trabajadores que nos vemos obligados a reanudar la actividad, pero al 30 por ciento en el mejor de los casos. Proporción distinta con la que debemos afrontar las cuotas a la Seguridad Social, las nóminas, alquileres o gastos… esos sí que se reanudarán al cien por cien.
Muchos frentes abiertos por afrontar, todos ellos imprecisos por los pinchazos que el maestro de la costura nos lleva dando desde el inicio de este estado de alarma. Pero como lo primero es la salud y esa, en cierta medida, está en nuestras manos, seamos responsables en nuestra salida, seamos cívicos y pensemos en los demás… ya que aquí, como les digo, la cantidad sí que importa.
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