Dice el refrán que en ciertos aspectos de la vida no basta con serlo sino que además, hay que parecerlo. Cuando el refrán se torna premisa, asistimos a iniciativas como las que nos mantiene en vilo esta semana: la moción de censura a Mariano Rajoy. Verán, yo creo en la honestidad del Sr. Rajoy y mientras no me demuestren lo contrario, pienso que es una persona honrada.
Otra cuestión es si su honestidad se soporta cuando la empaña con compañeros de viaje que van cayendo a su alrededor como si de un juego de fichas de dominó se tratase. La moción de censura que Pedro Sánchez ha liderado no es sino una muestra más de la poca altura de miras de los políticos de los que nos toca ser contemporáneos. Entiéndanme, no es una cuestión de ideología, es una cuestión de estado.
Pactar con quien hoy cuestiona nuestro estado de derecho y hacerlo desde una bancada que casi sienta más representantes en los asientos de los juzgados que en el propio Parlamento, se me antoja cuánto menos, raro. No, no es un “y tú más”, más bien es un “tú tampoco”.
Y me temo que y un “ni tú, ni tú”. Me sorprende escuchar a la portavoz socialista en el Parlamento que esta moción de censura tiene como objeto la estabilidad cuando todos los factores económicos apuntan lo contrario y cuando si prospera, la gobernabilidad, por la disparidad de intereses entre sus socios de moción, se me antoja inalcanzable. Habla de alianza entre los partidos que apoyan la Constitución pero sus compañeros de desafío van desde el PDeCAT a Bildu…
A veces hay que tocar fondo para resurgir, para dar la vuelta al calcetín y remontar el vuelo cuan ave fénix. Lo importante es saber si tendremos suficiente capacidad para aguantar tanta imputación, denuncia, detención o sentencia para darle pábulo a la política de hoy en día.
En esta semana se nos han presentado listas renovadas, a bombo y platillo pero me temo que regenerar no es cambiar caras. Regenerar es cambiar un sistema, una estructura. Mientras los partidos políticos no se acojan a los valores que los hace nacer como tales y desmonten la estructura que hasta hoy los gobiernan, seguiremos siendo espectadores del declive de una clase: la clase política.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es
