Hoy es 14 de mayo. Hace justo dos meses que se decretó el Estado de Alarma (fue el 14 de marzo) y parece que ha pasado un siglo. Empiezan a desaparecer los recuerdos que nos suenan a muy lejanos. Recuerdo que el día 9 de marzo presenté el Nº7 de ESTRECHANDO y parece que hace tanto tiempo de ello que hoy en mi segunda salida y de media hora, he ido a Correos para enviar ejemplares a los colaboradores de fuera porque no se cuando se podrá hacer una segunda presentación de la misma. La sensación al salir es muy rara hasta con miradas de reojo. No quiero que me pare nadie. Voy a lo que voy y punto. En eso nos hemos convertido.
Encima y a pesar de que nos digan que los datos mejoran poco a poco, lo cierto y verdad es que en las últimas veinticuatro horas han muerto 217 personas con nombres y apellidos. Hacen un total ya de 27.321 fallecidos. Es para que estuviésemos de luto nacional y, además, con más cerca de 50.000 sanitarios contagiados y 50 muertos. Esto es inadmisible para todos.
Las pruebas de sero prevalencia se han llevado a cabo a 60.000 personas y el resultado a falta de otras dos pruebas es de que sólo el cinco por ciento de los españoles han pasado el coronavirus y son inmunes aunque no se sabe el tiempo que lo serán (estas pruebas son unas muestras estimativas que tienen bastante fiabilidad). ¿Qué quiere decir esto?. Pues que estamos casi al principio del camino, haciendo las fases del desconfinamiento con un 95% de españoles sin estar inmunizados. Y no es que sea sólo en España porque en Europa están más o menos igual (Bélgica, un 6%. Escocia un 1,2% y Países Bajos, un 3,2%). Pero, claro, esto no puede ser un consuelo, sobre todo, cuando estamos ya en 27.321 muertos.
Es curioso porque ya hace tiempo que no se habla de la curva que sube o que baja. Ahora se habla en otros términos pero lo que está claro es que el camino es un RUMBO A LO DESCONOCIDO.
Hoy mismo, la Organización Mundial de la Salud ha hablado de la posibilidad bastante clara de nuevos contagios, de repuntes importantes y hasta de la posibilidad de convertirse en una enfermedad endémica.
La “nueva normalidad” que yo llamo “La anormalidad”, no será ya nunca como antes porque este bicho nos ha quitado parte de nuestra vida. Aunque hagamos todas las fases, nunca será igual. Tendremos que llevar las mascarillas, la distancia legal seguirá y siempre pendiente de lo que ocurre a nuestro alrededor. Por eso es indispensable que todos seamos responsables. Son ya muchas vidas las que se nos han ido y que seguirán yéndose pero en nuestras manos está que sean cuantas menos mejor. No se trata de un “sálvese el que pueda”, sino de intentar salvarnos todos. Por lo menos hasta que exista una vacuna.
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