La escritura perpetua

El Rey

Felipe VI ha anunciado que renuncia a cualquier herencia económica de su padre y le retira la asignación de los Presupuestos

Publicado: 25/03/2020 ·
12:04
· Actualizado: 25/03/2020 · 12:04
Autor

Luis Eduardo Siles

Luis Eduardo Siles es periodista y escritor. Exdirector de informativos de Cadena Ser en Huelva y Odiel Información. Autor de 4 libros.

La escritura perpetua

Es un homenaje a la pasión por escribir. A través de temas culturales, cada artículo trata de formular una lectura de la vida y la política

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"El Borbón borbonea, que es lo suyo”, escribió Francisco Umbral a principios de los 90, cuando Don Juan Carlos mantenía sólida la imagen de Rey, y la prensa europea elogiaba la sobriedad y proximidad de la Corona española, con las infantas Elena y Cristina siempre al lado de las manifestaciones de dolor o de alegría de los ciudadanos, desde funerales a eventos deportivos, frente a lo que ocurría en Inglaterra, con la peripecia del príncipe Carlos, convertido en un Hamlet sin brillo ni poesía, o en Mónaco, con los desmayos amorosos de Carolina o las frivolidades de Estefanía, que cantaba pop a lomos de un hermoso caballo blanco con los ojos de mujer dulcemente fatal que heredó de Hollywood. Y Don Juan Carlos emocionado al ver desfilar como abanderado de los Juegos Olímpicos de Barcelona a Don Felipe, mientras España ardía en dinero y euforia en la hoguera del 92. Parecía entonces que a la Corona le asignaban el adjetivo de “sagrada” junto al de inviolable. Don Juan Carlos hizo la Transición junto a Adolfo Suárez, como Carlos III construyó Madrid con un albañil de Jaén (Umbral).    

Juan Carlos I reinó durante 39 años y a veces hizo de presidente, circunstancia que nunca se le reprochó, sino que incluso se agradeció, en un personaje lleno de carisma histórico. Hasta que surgieron murmullos, rumores, cosas, sobre su persona, de los que la gente se desentendía, porque “los líos de faldas” parecían congénitos a un Borbón, hasta la caída de Botsuana, que significó la caída del Rey, y, en parte, el inicio de una lenta decadencia de la Corona. Y Corinna envenenó los pasadizos de palacio con su belleza rubia. Don Juan Carlos abdicó en 2014 y años después, en la obra ‘El Rey’, el actor Willy Toledo gritaba desde las tablas: “Juan Carlos es el mayor comisionista de la historia de España”.

Felipe VI ha anunciado que renuncia a cualquier herencia económica de su padre y le retira la asignación de los Presupuestos, por la investigación abierta por la Fiscalía suiza sobre 100 millones de euros. Periodistas monárquicos han pedido el autoexilio del Rey emérito. Y Don Felipe en su discurso televisivo sobre la pandemia parecía un rey tartamudo. Un acto fallido. No fue el discurso del Rey. Don Juan Carlos, después del 23-F, se convirtió en un héroe que convirtió a los republicanos en ‘juarcarlistas’. Tuvo una infancia terrible y una juventud tristísima. El historiador Paul Preston, su biógrafo, ha dicho: “Hubo un momento en el que Juan Carlos se preguntó: “¿Y para mí qué?”

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