La posibilidad de que el Circuito de Cataluña no pueda mantener la celebración del Gran Premio de España de Fórmula Uno es más sólida de lo que parece, tal y como ponen de manifiesto unas declaraciones realizadas recientemente por sus gestores en la prensa local en la que muestran su inquietud ante el clima de inestabilidad política que existe en la Comunidad autónoma y la falta de interlocución con Liberty Media Corporation, que es la propietaria de los derechos del campeonato. El contrato entre las partes vence en 2019 y a estas alturas del año ya deberían haberse iniciado las conversaciones para renovarlo.
Pero más allá del clima político que se vive en Cataluña hay una cuestión no menor que debe tenerse en cuenta. La Generalitat es la propietaria de la mayoría del accionariado del circuito y la que, por tanto, asume el coste de la Fórmula Uno, que se estima en unos 20 millones de euros. La investidura de Quim Torra como presidente ha sido posible gracias a la abstención de la CUP, una formación que no sólo no está por la labor de hacer ese desembolso económico, sino que en más de una ocasión ha abogado por el cierre de un circuito que lleva nueve años en pérdidas y sobrevive gracias a las subvenciones públicas.
Liberty Media Corporation tampoco se siente ya cómoda en un circuito al que se ha trasladado la politización que vive la sociedad catalana. Es habitual que en los grandes premios se interprete el himno del país anfitrión. En Cataluña debe hacerse una excepción, interpretándose Els segadors y el himno de España. En el pasado gran premio, este último apenas se escuchó medio minuto, mientras que del primero se ofreció una versión larga que provocó el enfado de pilotos como Fernando Alonso o Carlos Sainz.
Obviamente, Liberty Media quiere que los grandes premios sean noticia por los acontecimientos deportivos y no por los sucesos políticos.
En este contexto, Jerez y Andalucía tienen derecho a soñar con la recuperación de la Fórmula Uno. El momento parece propicio. No en vano, Madrid ya ha ofrecido un trazado urbano para celebrar el Gran Premio de España en el supuesto de que Cataluña no renueve.
El Circuito de Jerez acogió la Fórmula Uno en siete ocasiones, entre 1986 y 1990 y en 1994 y 1997. Quién sabe si existe la oportunidad de que regrese en 2020.
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