El pasado jueves tuvo lugar la segunda de las citas correspondientes al ciclo Catas con Gusto, una iniciativa de Publicaciones del Sur SA que cuenta con la participación de El Corte Inglés y el patrocinio de la Diputación de Cádiz y destinada a la promoción y divulgación de los vinos del Marco de Jerez y de la provincia de Cádiz.
De hecho, tras la experiencia inaugural con Lustau, hubo oportunidad de comprobar la grandeza de otros vinos producidos más allá del ámbito del Marco de Jerez; en este caso, en Arcos de la Frontera, donde hace diez inició su andadura la Bodega Huerta de Albalá. Su director comercial, Andrés Soto, resaltaba con inevitable satisfacción en la presentación de la cata el citado aniversario: “Hace diez años, cuando Vicente Taberner decidió invertir en este proyecto, hubo muchos que le dijeron que estaba loco por querer montar unos viñedos en Cádiz. Sin embargo, el paso del tiempo ha demostrado que no sólo no lo estaba, sino que detrás Huerta de Albalá han venido más bodegas y haciéndolo bien”.
Su estreno no pudo ser más satisfactorio: su primer Taberner N1 recibió 95 puntos en la prestigiosa lista Robert Parker, y su primer Taberner (2005) 92, convirtiéndose en el primer vino español en recibir puntuación tras salir al mercado.
Precisamente, ese Taberner de 2005 fue uno de los protagonistas de las Catas con Gusto, ya que la bodega quiso sorprender al público invitado con una cata vertical protagonizada por cinco añadas diferentes de Taberner: 2005, 2006, 2011, 2013 y, en auténtica primicia, la de 2014, que no se comercializará hasta primavera del año próximo. El objetivo, por supuesto, poder apreciar la evolución del vino a lo largo de estos diez años y, en especial, argumentar “por qué estos vinos son diferentes y tienen una personalidad propia”, como apuntó la enóloga de la bodega, Mila Viñegra. Y lo son -diferentes- y la tienen -personalidad propia- a causa de una constante búsqueda del equilibrio, tanto en el sabor como en el color de los vinos, en la que juegan un papel fundamental los aspectos climatológicos. “Estamos en una zona cálida, lo que nos asegura mucho grado de alcohol y también mucha estructura de color”, aspectos esenciales en la consecución de sus auténticos “vinos de autor”.
La filosofía de Huerta de Albalá se basa en “conseguir vinos de terruño, de intenso color y sabor que expresen la pureza del sabor varietal, que reflejen la zona de donde proceden y que muestren una estructura elegante con suaves taninos y que a la vez sean exquisitos, potentes y complejos”.
La bodega se sitúa en el término de Arcos, a medio camino entre el embalse de Bornos y la Sierra de Grazalema, y se extiende sobre una finca de 91 hectáreas, en la que 75 hectáreas de viñedo conviven con los 4.600 metros cuadrados de una bodega de diseño moderno y atractivo. En las instalaciones de la bodega se da un maridaje de modernidad y tradición, donde las nuevas tecnologías y los medios de producción de última generación se combinan con las técnicas de vinificación al más puro estilo artesanal.
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