Después de casi tres meses subiendo y bajando escaleras de un edificio de ocho plantas, los vecinos del número 1 de la Plaza Pintor González Rangel, en la barriada La Constitución, popularmente conocida por el Mopu, por fin vuelven a tener ascensor. Hace unos días los técnicos de Embarba, la empresa de mantenimiento que se ocupa de los elevadores en esta barriada, lo volvió a poner en marcha para alivio de los mayores y personas enfermas que viven en estas 32 viviendas.
La alegría les duró poco, pues no había pasado ni 48 horas y el ascensor volvió a quedarse parado ante la incredulidad de los residentes. “No es normal que tú arregles un ascensor, lo revises y vuelva a pararse porque falle otra pieza”, señala indignado José Sánchez, que ha sido presidente de la asociación de vecinos de La Constitución durante casi 20 años y vive en la octava planta.
Afortunadamente, la sangre no llegó al río y consiguieron reponer la misma pieza afectada recurriendo al segundo ascensor que tiene el bloque instalado desde hace más de seis años pero que nunca ha funcionado. “Esto fue lo que pedíamos en su día cuando nos vimos sin ningún ascensor teniendo dos y nuevos en el bloque”, se queja este afectado. De momento, parece que tienen ascensor para largo, y es probable que a medio plazo recuperen también el segundo, como le han trasladado desde la empresa, lo que esperan que no se demore mucho más tiempo. El otro “frente” que tienen ahora pendiente los vecinos de este bloque es acabar con la presencia de roedores en el barrio. “Se pasean a sus anchas por la barriada. Hemos avisado a la Delegación de Medio Ambiente para que vengan pero seguimos igual”, lamentan.
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