El músico, compositor, cantante y escritor jerezano Julio de la Rosa (42 años) logró este sábado por la noche sumar el primer Goya de su carrera por la banda sonora de La isla mínima, la película triunfadora de la noche al sumar un total de diez estatuillas que ratificaban lo que apuntaba la crítica y el público, que estamos ante una de las mejores películas del cine español de los últimos años. De la Rosa, que ya estuvo nominado por la banda sonora del anterior trabajo de Alberto Rodríguez, Grupo 7, es un fiel colaborador del realizador sevillano, para el que ya compuso los scores de Siete Vírgenes y After.
Julio de la Rosa se impuso en su categoría, además, a lo grande, frente a otros tres compositores de primer nivel: Roque Baños (El niño), el francés Pascal Gaigne (Loreak) y el oscarizado músico argentino Gustavo Santaolalla (Relatos salvajes), lo que hace aún más grande el reconocimiento por su trabajo en La isla mínima y subraya su enorme talento como compositor cinematográfico.
De la Rosa dedicó el premio a su pareja y al equipo de La isla mínima, “el equipo que Alberto mantiene desde hace muchos años”.
La isla mínima, de Alberto Rodríguez, arrasó en los Premios Goya al llevarse diez estatuillas, entre ellas las de mejor director, película, guión y actor protagonista, en una edición en la que han predominado las ganas de celebrar la reconciliación del cine español con el público. El thriller del director sevillano, ambientado en las marismas del Guadalquivir culmina así una temporada de éxitos, mientras que su principal rival, El Niño, de Daniel Monzón, se tuvo que conformar con premios más técnicos, cuatro en total: dirección de producción, sonido, efectos especiales y canción, para India Martínez.
El productor José Antonio Félez fue el encargado de recoger el principal galardón de la Academia de Cine, que entregó Penélope Cruz, y dedicó unas palabras a uno de los grandes protagonistas de la noche: el espectador. “Vamos a seguir intentando hacerlo bien, haciendo películas que os hagan sentir orgullosos de vuestro cine”, dijo Félez al público que llenó las salas de cine el año pasado.
Javier Gutiérrez “al borde del colapso” y “afónico”, cumplió los pronósticos con el premio al mejor actor protagonista por su oscuro inspector policial de La isla mínima, después de haberse llevado la Concha de Plata en San Sebastián. Y Nerea Barros, por el mismo filme, recibió como un verdadero impacto el anuncio del Goya a la mejor actriz revelación, que recogió bañada en lágrimas. El Goya a la mejor actriz protagonista también estaba cantado. Fue para Bárbara Lennie por Magical Girl.
Otra de las protagonistas de la 29 edición de los Goya fue 8 apellidos vascos, que unió al éxito en taquilla el reconocimiento de la Academia con tres de los cinco Goyas a los que optaba, entre ellos el de Dani Rovira,como mejor actor revelación, Karra Elejalde, como mejor actor de reparto, y Carmen Machi, su pareja en la pantalla, como actriz de reparto.
No obstante, el momento más emocionante de la noche lo puso Antonio Banderas, que, en su momento de gloria, reivindicó la vida “como aventura y como juego” y aseguró que “el caos es el mejor aliado de cualquier artista”, una profesión “siempre en crisis”. El premio se lo dedicó, muy emocionado, a su hija Stella del Carmen. “Es quien más ha sufrido mis ausencias”, resaltó.
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