La vuelta de Juan José Padilla a Zaragoza estuvo llena de emoción y sensibilidad en el tendido, algo que le faltó al presidente del festejo al no concederle la segunda oreja en el cuarto. Cualquier tarde ha regalado trofeos con menos méritos, pero por lo visto hoy no tocaba.
Le faltó sensibilidad por la tarde y mano dura por la mañana al aprobar una corrida demasiado pobre de trapío.
Ver al jerezano con sus hijos en el patio de cuadrillas y luego dar la vuelta al ruedo con su niña, puso la piel de gallina a miles de espectadores, y hasta a muchos de los presentes de les saltaron las lágrimas.
Pasó la prueba de salir al coso donde se pudo dejar la vida hace justo un año y dejó escrita la historia de que uno de sus pares de banderillas tenía que ser pisando los mismos terrenos en que cayó herido el fatídico día.
Todo sucedió hasta escuchar los gritos más bellos que puede escuchar un hombre vestido de luces: “¡torero, torero!”, a hombros y saliendo por la puerta por la que había entrado.
En torno a la gran cita
El diestro Juan José Padilla se vio obligado a saludar una gran ovación al término del paseíllo de la corrida en la plaza de toros de Zaragoza, séptimo festejo de la Feria del Pilar, a la que regresaba un año después de su grave percance. La afición zaragozana, que llenó prácticamente la totalidad del aforo de la plaza de toros, dedicó esta sentida ovación por el recuerdo del gravísimo percance que sufrió hace ahora un año en esta misma plaza, y que le costó la pérdida de visión del ojo izquierdo. Aplausos que Padilla quiso compartir también con sus dos compañeros de cartel, Julián López El Juli y Alejandro Talavante.
Padilla llegó a la plaza enfundado en un terno blanco y oro, acompañado de sus dos hijos y de su amigo Adolfo Suárez Illana, hijo del expresidente Adolfo Suárez. Tras bajar del coche de cuadrillas se dirigió a la capilla, y momentos antes de liarse el capote de paseo aseguraba que estaba muy emocionado al volver a esta Feria del Pilar, “la culminación a una temporada soñada”, y que, evidentemente, “tenía que ser aquí”, en Zaragoza.
También agradeció en tono muy sentido y profundo la gran atención que recibió por parte de los doctores Val Carreres, Nadal y Simón, y a los equipos médicos del Hospital Miguel Servet de Zaragoza y Virgen del Rocío de Sevilla. “Sin ellos no estaría aquí como si nada”; y a ellos brindó brindó su primera faena de muleta, que comenzó con las dos rodillas en tierra para posteriormente llevar a cabo una labor muy interesante por el pitón derecho.
Padilla correspondió asimismo al cariño del público zaragozano recibiendo a portagoyola en la puerta de toriles al primero de su lote, Asistente, de la ganadería de Daniel Ruiz.
Ante su segundo, Padilla brindó la faena a su amigo Adolfo Suárez Illana. Toreó con mucho mando y decisión por los dos pitones, intercalando “alegrías” entre series como desplantes de rodillas y otros guiños que conectaron con los tendidos como molinetes y manoletinas finales.
Ficha técnica
Juan José Padilla, que cortó dos orejas, salió a hombros, pero por la puerta de cuadrillas, en la séptima corrida de la feria del Pilar, en su vuelta al coso de La Misericordia, donde el año pasado fue gravemente corneado en la cara.
Se lidiaron cinco toros de Daniel Ruiz, impresentables para un plaza de “primera”, descastados y sin fuerzas, de entre los que sobresalió el sexto; y un sobrero de Garcigrande que hizo quinto al ser devuelto el segundo y correrse turno de Garcigrande, de buen juego.
Juan José Padilla: estocada (oreja); y estocada desprendida (oreja con petición de la segunda).
Julián López El Juli: pinchazo hondo y dos descabellos (silencio); y pinchazo y estocada trasera (oreja).
Alejandro Talavante: pinchazo y media (silencio); y media tendida, y siete descabellos (silencio tras aviso).
Lleno en la plaza.
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