Según el representante de los armadores, “en el contexto general, parece que quedara una pequeña flota artesanal o de pesca al día, tanto arrastre, como de cerco o palangre. En ese coyuntura sí habrá una mayor rentabilidad para las embarcaciones. Por ello, estamos ante una reconversión encubierta más importante de lo que la gente se piensa”.
En este sentido, los armadores señalan que “dificulta muchísimo llevar un plan de gestión sin ayudas para los periodos de paros biológicos. Sabemos de la complejidad del incremento de fondos” pero los actuales ya se han agotado. Con ello, el sector se encuentra con poco respaldo presupuestario para un horizonte temporal que deberá extenderse hasta el año 2013.
A este respecto, Maza indica que están a la espera de mantener un encuentro con la Administración para abordar la espinosa cuestión de las ayudas y fondos europeos.
El sector prevé que no habrá más ayudas para los paros biológicos, pero asegura que las subvenciones para el desguace de embarcaciones también se mantienen en suspenso. “Hasta que no se reprogramen estos fondos específicos para los desguaces, parece que no se podrán presentar nuevas solicitudes”, aclara el presidente de la Faape.
En esta línea, los armadores recuerdan que el sector pesquero “se ha acogido a las líneas de ayuda debido a la política pesquera marcada por la Unión Europea, la Administración española y la comunidad autónoma andaluza. Nosotros hemos usado los ejes y seguimos reivindicando más ayudas, porque si no será difícil llevar adelante la política pesquera que nos plantean”.
Otros problemas
Maza repasó los inconvenientes con los que se están encontrando el sector para poder mejorar la situación. Así, en la zona del Estrecho de Gibraltar, el representante pesquero subraya que “llevamos dos meses de pesquería del voraz en el que las capturas no son las deseables”.
Por ello, el portavoz de los armadores sostiene que “estamos preocupados porque esta flota no tiene alternativas para desplazarse a otros lugares. Esperemos que las capturas aumenten o la situación se volverá crítica”.
Paralelamente, en cuanto a la pesca del atún rojo, Maza repasa que las cuotas tan exiguas concedidas a muchas embarcaciones les ha llevado a preferir no salir a faenar y transferir, mediante venta, su cuota a otros barcos.
De esta forma, si bien los “síntomas” que ha dado el atún en esta temporada “han sido buenos”, la flota que los pesca este año “se ha reducido de unos 20 barcos que faenaban antes a sólo cuatro o cinco”.
Falta de rentabilidad
La crisis económica también se percibe en el agua. La falta de rentabilidad provoca que las tripulaciones “se buscan la vida en barcos más rentables o fuera del mundo de la pesca”.
Maza revela que ciertas embarcaciones “se van quedando sin tripulaciones. Esto nos lleva a que los barcos se tengan que quedar amarrados a puerto. Su única salida es presentar solicitudes de desguace. De hecho, hay barcos con voluntad para desguazarse pero hasta que no se reprogramen las ayudas no sabremos cuantos podrán ser”.
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