La feria de San Lucas avanza en una semana en la que se suceden las reuniones de amigos y comidas de empresas en el recinto ferial ‘Alcalde Alfonso Sánchez Herrera’. Son días laborables en los que la afluencia baja, pero en los que los paladares siguen buscando la comida más típica de la feria, aquella que “cada vez es mejor” en las casetas.
Así lo reconoce el presidente de la Asociación de Caseteros ‘La Fiesta’, Alberto Palomo, que valora el esfuerzo de los empresarios del ferial por ofrecer platos de calidad, una oferta gastronómica “a la altura de una feria de capital de provincia”.
De hecho, este año, los empresarios responsables de las casetas de la calle ’11 de octubre’, la primera junto a la caseta municipal Jaén Arena, han hecho de ésta la ‘calle gastronómica’ del recinto ferial. Las cocinas ofrecen a comensales una variedad de platos que van desde el foie de pato y arroces selectos a las habitas baby con pizcas de ibérico, hojaldrades con ensalada noruega y huevas; salpicón de pulpo y gambas; endivias con crema de roquefort y anchoas y una larga carta para degustar en buena compañía. “La oferta gastronómica en el recinto ferial es cada vez mejor y más variada. Los caseteros se están esforzando”, reconoce Palomo.
En esta línea, el presidente de los caseteros dice: “El objetivo es recuperar la feria al mediodía, con las tradicionales comidas de empresas, que este año está teniendo un buen nivel de reserva”.
Las casetas de las cofradías también son punto de encuentro de comensales estos días. De sus cocinas salen menús en los que no faltan productos jienenses. Es el caso de la caseta de La Amargura, donde la típica ración de chorizo y morcilla sabe a Noalejo. Además de jamón, queso, tortilla y aceitunas de cornezuelo, ofrecen arroz y migas y los comensales ponen el broche final con postres caseros. Todo ello en un menú que tiene un coste de 20 euros por persona.
En la caseta ‘El Palio’, de la cofradía de ‘Perdón, Amor y Esperanza’, el comensal encuentra tres menús, de 20, 25 y 30 euros, según los gustos y los bolsillos. Paté, croquetas, ibéricos, flamenquines y carnes como el solomillo al jerez forman parte de un menú en el que el café se acompaña de torrijas. Sabores para todos los gustos que sacian el hambre que despierta la presencia en el ferial.
Son días de paseos desde la portada principal a cualquiera de las casetas. Mire donde se mire hay algo que comer.
Desde los puestos de golosinas, dulces y turrones, hasta los platos típicos para el almuerzo o las cenas en el recinto ferial. No faltan las raciones de pescado frito, recién salido de las freidoras, que estos días no paran. Un paseo por el recinto abre el apetito, a cualquier hora. La exposición de cazuelas enormes con elaboraciones como patatas a lo pobre con huevos, pimientos y carnes a la brasa; alpargatas de carnes, jamón y queso; paellas y migas, entre otros, invitan a sentarse a la mesa y esperar los platos para degustarlos.
Las cocinas están operativas para atender a comensales que llenan estos días las casetas y los puestos de comida de la zona de las atracciones. Son días para empezar y acabar con buen sabor de boca en el recinto ferial, donde la variedad de platos está garantizada y las listas de precios respetan a todas las economías. En el ferial, nadie se queda sin comer.
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