La maldita crisis y la elevada tasa de desempleo (en Jaén cercana al 40 por ciento) ha dejado situaciones de explotación y de miedo de los trabajadores olvidadas ya en este país. Los ‘señoritos’ y los ‘patrones’, y no precisamente de fundaciones, han vuelto por sus fueros en algunos casos. Ayer, el sindicato Comisiones Obreras denunciaba a este periódico la situación que atraviesan los empleados de los aparcamientos municipales de la capital, que trabajan para subcontratas a las que se les adjudicó el servicio. Turnos de doce o catorce horas, acumular siete noches seguidas o cobrar en un cheque, y no por transferencia bancaria, cada vez que el ‘patrón’ tiene a bien desplazarse a la capital. Y por si fuera poco, calladitos, sin replicar al ‘jefe’, no vaya a ser que los pongan de patitas en la calle y tengan que optar como 20.000 jienenses de esta ciudad a esperar que los llamen del Centro Deportivo La Victoria, donde solo hay cincuenta plazas. Y todo ello con la vista gorda del Ayuntamiento, que sigue sin controlar y dar soluciones a las concesionarias de servicios. Muditos todos y que no se entere nadie. Mientras, el miedo a no tener un maldito mendrugo de pan que llevar a tu casa si otra vez te quedas en el paro tapa bocas y cercena voluntades; y como en aquella “planta 14, en el pozo minero”, los trabajadores, “por no irse al patrón, lloran en el suelo”.
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