El obispo de Huelva, José Vilaplana Blasco, ha recibido este miércoles 13 de marzo el I Premio ‘Gota a Gota de Pasión’, que le otorga la Fundación Cajasol en reconocimiento a su encomiable labor pastoral al frente de la diócesis onubense y en pro de nuestras hermandades. Lo ha hecho de manos del presidente de la Entidad, Antonio Pulido, y del alcalde de la localidad, Gabriel Cruz, durante un acto al que también han asistido Matilde Valdivia, delegada de la Fundación Cajasol en Huelva, y Antonio González, Presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías de la ciudad de Huelva, así como miembros de las corporaciones de penitencia, gloria, la Junta Superior del Consejo de Hermandades y representantes de la sociedad civil.
Antonio Pulido alabó la figura de José María Vilaplana, "sin cuyo espíritu de humildad y entrega no podría entenderse la extraordinaria labor pastoral que ha llevado a cabo. Ha sabido entender a sus feligreses y también esa forma tan expresiva que tienen los onubenses de vivir sus creencias, desde El Rocío a la Semana Santa. Por eso es un personaje tan querido para todos, me atrevería a decir que también para los no creyentes", apuntó el presidente de la Fundación Cajasol, resaltando que "la institución de estos premios supone un paso más en el compromiso de Fundación Cajasol con nuestras tradiciones" y deseando que "con los años el Premio Gota a Gota va a convertirse en una referencia no sólo para nuestras hermandades sino para toda la sociedad de Huelva".
Esta iniciativa, amenizada por el Trio ‘Capilla Musicae’, se enmarca dentro de la programación Tramos de Cuaresma 2019, que impulsa la Entidad para apoyar las tradiciones y costumbres de Huelva. Al prelado onubense se le ha hecho entrega de una escultura en bronce, realizada por el artista hispalense Ricardo Suárez. Un cirio con cera derramada que simboliza el espíritu de lo que representa el programa de mano de Semana Santa de la Fundación Cajasol, ‘Gota a Gota’, y con el que se le rinde un más que merecido homenaje al mitrado por todo cuanto ha supuesto su legado para las futuras generaciones de cofrades, rocieros y creyentes de Huelva.
José Vilaplana afronta un año muy especial al frente de este obispado que dirige desde el año 2006, al que llegó procedente de la diócesis de Santander para relevar a monseñor Ignacio Noguer, ya que puede significar su adiós definitivo a la sede onubense cuando presente su renuncia al Santo Padre de Roma.
El prelado, natural de Benimarfull (Alicante), pasará a formar parte del patrimonio episcopológico onubense, sabedor del cariño y respeto que le profesan los fieles y sobre todo las hermandades de la feligresía. En sus años al frente de la pastoral han sido muchas las efemérides que se han conmemorado, entre las que destacan una procesión magna cristífera con motivo del año de la Misericordia, procesiones extraordinarias, el encuentro de hermandades rocieras de Huelva y provincia y hasta cinco coronaciones canónicas.
Durante su dirección en la sede de Manuel Siurot José Vilaplana se ha situado siempre al lado de los más débiles, como demuestra su apoyo incondicional al proyecto de la Casa de los Milagros y también ha defendido a ultranza a los jóvenes, para quienes ha pedido siempre un futuro más esperanzador.
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