Un estudio del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada en colaboración con la Universidad sobre el impacto de la pandemia de Covid en pacientes crónicos advierte de la necesidad de implantar estrategias para mitigar el impacto de futuras crisis sanitarias en este tipo de enfermos.
La investigación, que forma parte de una tesis doctoral sobre el impacto de la pandemia en la salud física y mental de los pacientes con enfermedades crónicas, ha revelado los efectos adversos que la Covid tuvo en enfermos crónicos mayores en centros de atención primaria del Servicio Andaluz de Salud.
La pandemia, detalla el estudio, evidenció la importancia de mantener la continuidad de la atención médica y la necesidad de integrar servicios de telemedicina de manera efectiva. Pero aunque la telemedicina fue promovida como una alternativa, los resultados indican que no fue suficiente para compensar la reducción de las consultas presenciales.
Por ello, los investigadores resaltan la importancia de implantar políticas de salud pública que garanticen la continuidad del cuidado y adapten los sistemas de salud para manejar emergencias futuras sin afectar la atención de enfermedades crónicas.
El estudio, realizado en varios centros de atención primaria adscritos al Distrito Granada Metropolitano, incluyó a 148 pacientes mayores de 65 años con enfermedades crónicas como diabetes mellitus, hipertensión, obesidad y dislipidemia. Todos ellos fueron evaluados antes, durante y después de la fase crítica de la pandemia, informa el Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada (ibs.Granada).
Los resultados mostraron un deterioro significativo en el estado funcional y cognitivo de estos pacientes durante el confinamiento y las sucesivas olas de Covid-19, efectos que se mantuvieron incluso durante la fase de transición.
En términos de control de enfermedades crónicas, los hallazgos indicaron que durante las restricciones hubo un aumento en los niveles de HbA1c en pacientes con Diabetes Mellitus, señalando un peor control glucémico, aunque estos niveles mejoraron en la fase de transición.
En cuanto a la hipertensión, se observó un incremento en los pacientes con presión arterial alta, tanto durante como después del confinamiento, lo que evidenció un control insuficiente.
Los niveles de colesterol total y LDL mejoraron inicialmente durante el confinamiento, pero empeoraron en la fase de transición, mientras que los niveles de triglicéridos y HDL mostraron fluctuaciones similares.
Estos resultados, señalan los autores del estudio, reflejan desafíos en la gestión de enfermedades crónicas durante la pandemia, exacerbados por una reducción del 64,6 % en consultas presenciales y del 62.6 % en visitas domiciliarias.
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