Hace escasos días un visitante nos hizo recordar algo que habitualmente olvidamos los aquí residentes: que Torremolinos es ciudad, pueblo, playa y campo al mismo tiempo; que Torremolinos lo tiene prácticamente todo; que es población turística por excelencia, pero también cultural y deportiva; que Torremolinos tiene un encanto inexplicable que no tienen otros pueblos y ciudades; que tiene tal atractivo, que muchos deciden fijar aquí su residencia definitiva, sin importar las ideologías políticas o religiosas que imperen.
Un visitante que al final se vino a vivir a este maravilloso entorno declaró hace ya algún tiempo que los torremolinenses y los malagueños son hospitalarios por naturaleza y de carácter abierto y jovial. Es de suponer que todos los andaluces lo sean. Eso lo da Andalucía, lo da el sol y el clima. Aunque de todo habrá en la viña. Todas las uvas no dan el mismo jugo.
Torremolinos es ciudad, aunque oficialmente no ostenta ese rango, porque se ha convertido en una urbe muy poblada, sin contar la población flotante, que es numerosa durante todo el año. Torremolinos es pueblo porque mantiene vivas sus tradiciones populares y en barrios como El Calvario aún no se ha perdido ese característico sabor de pueblo. La Carihuela es otro ejemplo donde, a pesar del bullicioso turismo y los centenares de miles de visitantes anuales, se mantiene vivo lo popularmente tradicional.
Las playas de Torremolinos se extienden a lo largo de seis kilómetros de costa y sobra decir que están entre las favoritas del turismo. En cuanto al campo, ahí están los pinares y los propios cerros donde manan las saludables aguas ricas en calcio y magnesio. Los pobladores de las ciudades del interior darían medio mundo por vivir en un lugar así y no que tienen que desplazarse hasta cientos de kilómetros para ver el mar o el campo.
En el ambiente cultural y deportivo, Torremolinos cuenta con dos centros culturales, dos bibliotecas públicas y un auditórium para teatro, zarzuela y conciertos musicales, entre otros eventos, además de una villa olímpica, con dos piscinas también olímpicas, a la que acuden a entrenarse atletas de no pocas partes de Europa. ¿Qué más se puede pedir a una ciudad y a un pueblo que prácticamente lo tiene todo? ¿Cuántas grandes ciudades quisieran tener lo que Torremolinos tiene y no solamente por su sol y su clima tan benigno? No olvidamos el comentario que hizo un visitante madrileño. Dijo textualmente: ‘Ustedes viven en el Paraíso’.
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