Escribió el poeta Rilke que la verdadera patria del hombre es la infancia. En esos primeros años quedan grabadas, a fuego lento, imborrables, muchas de las vivencias que nos acompañan después a lo largo de la vida. Algunas de esas experiencias hacen de ti un hombre/mujer de provecho -como dice mi madre-, y otras consiguen que no levantes cabeza con el paso de los años.
Marisol fue una niña prodigio del cine, un calificativo que ha acompañado siempre, como un fantasma, a la mujer Pepa Flores. El reparto, por citar muy rápido, lo completan Pablito Calvo y Joselito, otros niños prodigios a quienes recuerdo en películas como ‘Marcelino, pan y vino’ y ‘El pequeño ruiseñor’, respectivamente. Niños que pagaron con sus mejores años de infancia el precio de la popularidad, tributo que condicionó sus vidas hasta convertirlos/as, en algunos casos, en ‘juguetes rotos’.
Pepa Flores, de 71 años, rodó su última película, ‘Caso cerrado’, en 1985. Terminaba así una carrera cinematográfica que se inició a los 12 años cuando interpretó su primer papel que le ofreció el productor Manuel Goyanes, con cuyo hijo, Carlos, se casó 20 años más tarde. Marisol ha sido protagonista de películas como ‘Tómbola’, ‘Ha pasado un ángel’ o ‘Un rayo de luz’. Uno, sin embargo, la recuerda mejor en ‘Días del pasado’ -donde explotaba su registro dramático-, o en la serie de TVE ‘Mariana Pineda’.
Marisol fue, primero, un símbolo del franquismo -el dictador no daba puntadas sin hilo- y, más tarde, abrazó el comunismo cuando se casó con Antonio Gades en La Habana en 1982. Una de sus apariciones más polémicas sería su desnudo en la revista ‘Interviú’, fotos por las que llegó a cobrar -dicen- un millón de pesetas.
El mejor libro que se ha escrito sobre nuestra protagonista lo firmaron los periodistas José Aguilar y Miguel Losada. Una obra que recogía más de 500 fotografías e interesantes anécdotas de la actriz malagueña.
El día 25 de enero, Marisol tiene la oportunidad de reaparecer -dicen que no lo hará- ante el público y romper así más de tres décadas de retirada. La van a entregar el Goya de Honor en su Málaga natal. “Todavía la gente me recuerda”, reconoció con un hilillo de satisfacción cuando conoció la noticia del galardón. Sí, aún te recordamos, Marisol: han pasado ufffff muchos años, pero el cine -espejo de la vida- trae a nuestra memoria, de vez en cuando, un tiempo en el que éramos pobres pero felices…
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