“El futuro de los asentamientos existentes será determinado en negociaciones para un estatus final entre Israel y los palestinos. Hasta entonces, la vida en esas comunidades deberá continuar con normalidad”, dijo ayer a Efe Mark Regev, portavoz del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
Dentro de esa “normalidad”, Israel incluye lo que denomina “crecimiento natural”, que define como la expansión de las colonias existentes para acoger el crecimiento demográfico de sus comunidades.
Regev afirmó que “Israel cumplirá su compromiso de no construir nuevos asentamientos y desmantelar los puestos de avanzada no autorizados”, es decir, los construidos a partir de marzo de 2001 y que la propia legislación israelí considera ilegales.
Para la legislación internacional y Naciones Unidas, todas las colonias construidas en los territorios palestinos ocupados por Israel tras la Guerra de los Seis Días, en 1967, son ilegítimas.
Las declaraciones de Regev se producen horas después de que la secretaria de Estado de EEUU, Hilary Clinton, dijese en una rueda de prensa que Obama ha transmitido a Netanyahu que “quiere una suspensión total de los asentamientos”.
Clinton fue tajante al puntualizar que no debe haber “excepciones” justificadas como “crecimiento natural” y señalar que la suspensión de la construcción no debe darse sólo en algunos asentamientos ni tampoco limitarse a los puestos de avanzada.
“Creemos que el cese de la expansión de los asentamientos es en interés de los esfuerzos (de paz) en los que estamos involucrados” manifestó Clinton, quien advirtió que “vamos a presionar sobre ese punto”.
Abas transmitió ayer a Obama que el freno a la expansión de las colonias es, junto con la retirada de los puestos de control del militares, un requisito para la reanudación de las negociaciones de paz, según informó el jefe palestino de dichas negociaciones y asesor presidencial, Ahmed Qurea.
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