A la muerte de un civil, de 50 años de edad, se sumó poco después la de un chico de 19 años, ambos víctimas de los disparos efectuados con pistolas por un grupo de manifestantes contra vecinos del barrio de Nang Lergn, próximo a la sede Gobierno, que criticaban sus acciones, indicó el ministro adjunto a la jefatura del Gobierno, Sathit Wongnongtoey.
El jefe del Centro Médico de Emergencias de Bangkok, doctor Phetpong Kamchornkijkarn, explicó que otras nueve personas fueron ingresadas en el hospital con heridas de bala, entre ellos seis con pronóstico grave.
A lo largo del día de ayer, los soldados tailandeses abrieron fuego en repetidas ocasiones para disolver a los grupos de manifestantes que reaparecían en varias zonas de la capital tailandesa, alentados por la última consigna del ex primer ministro Thaksin Shinawatra, su líder y quien la noche anterior, desde el exilio, llamó a los suyos a hacer la revolución.
El Gobierno de Tailandia anunció que ha adoptado medidas destinadas a asegurar el control de puertos y aeropuertos, para impedir la repetición de hechos como los ocurridos a finales del pasado año, cuando miles de detractores de Shinawatra ocuparon las dos terminales aeroportuarias de Bangkok durante una semana.
“El Comando de Operaciones de Emergencia utilizará todos los medios disponibles para restablecer rápidamente el orden y reabrir el tráfico para que la población pueda volver a su vida normal”, dijo el jefe de las Fuerzas Armadas, Songkitti Jaggabatara, tras mantener una reunión urgente con los altos mandos castrenses y policiales.
Enviados desde la frontera con Camboya y pertrechados para el combate convencional, aunque con munición de fogueo, según aseguró el portavoz del Ejército, coronel Sansen Kaewkamnerd, los soldados fueron haciéndose lentamente con el control de la situación.
“Las tropas y la Policía han conseguido limpiar de manifestantes muchas áreas de la ciudad”, dijo a los periodistas el portavoz del Gobierno, Panithan Wattayanakorn.
En un enfrentamiento ocurrido en el cruce de Din Daeng, en la parte nueva de la urbe, los conocidos como camisetas rojas, llamados así por el color de las prendas que visten, arrojaron cocteles molotov contra los militares tailandeses cuando estos efectuaron disparos y lanzaron gases lacrimógenos para dispersar a la muchedumbre.
Al menos dos autobuses del servicio metropolitano ardieron tras ser incendiados durante las protestas y muchos más fueron empleados por los manifestantes para bloquear las calles, transportar a sus correligionarios de un punto a otro de la metrópoli o estrellarlos contra las formaciones de soldados.
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