El exsecretario general del Partido Socialista de Madrid (PSM) y exaspirante a presidente de la Comunidad de Madrid Rafael Simancas considera que la "sentencia ciudadana" del 'tamayazo', que este lunes cumple diez años, "está dictada", y ahora sólo queda la sentencia "judicial", que en su momento "se frustró de manera deliberada".
"La verdad se sabe. Hay una sentencia ciudadana incontestable respecto a lo que ocurrió entre el 25 de mayo y el 10 de junio, y entre el 10 de junio y las elecciones del otoño: ocurrió un golpe institucional, un atentado contra la democracia, la sustracción de la voluntad popular expresada libremente en las urnas", asegura Simancas en una entrevista concedida a Europa Press con motivo de los diez años del 'tamayazo', la 'traición' de dos diputados socialistas de la Asamblea de Madrid, Eduardo Tamayo y Teresa Sáez, que se ausentaron del pleno de Vallecas el 10 de junio de 2003 durante la sesión constitutiva de la Cámara.
La ausencia de estos dos 'Renovadores por la base' provocó que el PSOE perdiera la Presidencia de la Asamblea de Madrid, no pudiera formar Gobierno junto a IU y que el PP de Esperanza Aguirre lograra mayoría absoluta en las segundas elecciones que se celebraron en otoño y que a día de hoy sigue conservando en la Cámara de Vallecas.
"Más evidencias no es posible articular. La sentencia ciudadana está dictada. Queda la sentencia judicial pero para tener sentencia judicial tiene que haber un trabajo del aparato policial y judicial que en el momento procesal oportuno se frustró de una manera deliberada", sostiene Simancas, quien relata que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) "en tiempo récord archivó una querella que hubiera abierto investigación interesante al respecto".
NO RENUNCIA A CONOCER LA VERDAD
Sin embargo, Simancas no renuncia a la sentencia judicial. "Yo no renuncio, ¿cómo llegar a ella? Alguien acabará hablando. Es posible que alguno de los que pagaron, alguno de los que recibieron, alguno de los que estuvieron por el medio intermediando y acabe enfadado", ha destacado.
Y es que a juicio de Simancas, al margen de lo que pueda suceder, la verdad se sabe. Él opina que "todo el mundo sabe, sin lugar a dudas, que las motivaciones de estos dos elementos protagonistas visibles de la trama no eran políticas, sino que eran absolutamente contantes y sonantes" y considera las evidencias que se pusieron sobre la mesa aquellos días "siguen siendo incontestables".
"¿Con quién habló en la noche electoral Eduardo Tamayo? Con Verdes, (Esteban) militante del PP y compañero de una dirigente institucional de este mismo partido ¿Con quién habló el 10 de junio? Con Esteban Verdes, ¿quién pagó la habitación de su hotel? Un tal Bravo y un tal Vázquez, que ese mismo día estaban visitando el despacho del secretario general del PP en Génova, Don Ricardo Romero de Tejada, la mano derecha de Miguel Blesa en Caja Madrid, ¿quien ejerció como escolta? Juan Antonio Expósito, contratado por Dioniso Ramos, que fue militante del PP y alto cargo de Consejería de Educación", destaca Simancas recordando la relación de Tamayo con el abogado José Esteban Verdes y con los empresarios Francisco Bravo y Francisco Vázquez, nombres que salieron a colación en la comisión de investigación parlamentaria celebrada el verano de 2003.
"EN LO FUNDAMENTAL", ACTUARÍA IGUAL
Preguntado por si ahora que han pasado diez años, volvería a actuar de la misma manera, el excandidato distingue dos momentos: El anterior al 10 de junio y el periodo comprendido entre el 10 de junio, día del 'tamayazo', y las segundas elecciones.
"Si yo hubiera tenido la más mínima sospecha respecto a su auténtica catadura moral o a sus planes, lo que hubiera hecho es combatir todo lo posible para que PSOE no les incluyera en candidatura", señala respecto a la inclusión o no de Eduardo Tamayo y Teresa Sáez en las listas electorales del PSM a la Asamblea de Madrid.
Respecto a si habría hecho algo distinto desde el 10 de junio, asegura que "no". "En lo fundamental no, porque me limité a hacer dos cosas: a reclamar la verdad, a reclamar que estos dos elementos y los que les empujaban y amparaban explicaran la motivación auténtica de sus acciones y a defender el encargo que tenía de mi organización y de la mayoría de los madrileños, que era poner en marcha un Gobierno decente que resolviera los problemas de la ciudadanía y afrontara los retos de la sociedad madrileña", relata Simancas.
SE MIRA AL ESPEJO "CON TRANQUILIDAD"
"Les pedí que rectificaran, les pedí que renunciaran al acta, les pedí que se retractaran por respeto a los ciudadanos que habían votado y es en esencia lo que volvería hacer", insiste el socialista, que no consiguió que Tamayo y Saénz dejaran el acta, sino que pasaron a conformar el Grupo Mixto de la Cámara.
En cuanto a su vivencia personal bromea diciendo que se le puso "el pelo blanco en semanas", pero indica que en lo político, habría un cambio: el hubiera sido "presidente de Gobierno de la Comunidad de Madrid". Sin embargo, apunta que "en lo más íntimo no ha cambiado gran cosa" y sigue mirándose al espejo cada mañana "con toda tranquilidad".
"Sigo reconociéndome cada mañana cuando me miro al espejo. Otros, aquí o en Guinea, estoy convenido de que no pueden hacerlo", concluye en referencia a Tamayo, con el que asegura, no ha vuelto a hablar desde el "atentado contra la democracia" del 10 de junio.
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