El avión, procedente de Johanesburgo, quedó prácticamente desintegrado, con sólo una parte del fuselaje trasero reconocible y sus restos desperdigados en multitud de fragmentos en un radio de varias decenas de metros en una zona arbolada de las inmediaciones del aeropuerto, según mostraron las imágenes del lugar del accidente difundidas por la televisión estatal libia.
El pequeño se encuentra ingresado en un hospital de Trípoli y su vida no corre peligro, afirmó el ministro de Transportes libio, Mohamed Zidane, que anunció que 96 cadáveres han sido ya localizados, al igual que las cajas negras del aparato.
El niño está siendo operado de las fracturas que le provocó el siniestro acompañado de un miembro de la Embajada de Holanda en Trípoli, según un portavoz del Ministerio de Exteriores holandés.
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