Australia, nuestra antípoda, sigue ardiendo, y con ello la catástrofe ambiental continuaelevando los datos de pérdidas irreversibles y los efectosplanetarios que tendrá. Las más de 400 mega toneladas de gases y cenizas liberadas a la atmosfera aceleran el calentamiento global tan difícil de remediar antes del horizonte 2030. Mi siempre críticoamigo Luís Navajas, a tenor de mi columna anterior, me inquiere sobre lo que podemos hacer desde aquí. El sur australiano es una de las siete regiones del planeta que posee el benefactor clima mediterráneo, y por ende una extraordinaria variedad de paisajes y una diversidad biológica espejo de la nuestra. Es paradójico, tan lejanos y tan parecidos. La primera receta es aprender de los errores allí cometido. Afortunadamente en Andalucía disponemos del INFOCA, posiblemente el mejor sistema de lucha contra los incendios forestales del mundo. Dependemos de su consolidación y actualización permanente como garante de la protección y expansión de nuestras masas forestales, cada vez más importantes en su papel como sumideros de CO2, incluso de las nubes rojizas de gases y polvos de tan alejada hoguera. Pero además nuestro INFOCA ha sido un motor de estabilización de la población rural, cuyo éxodo tanto nos preocupa y tan poco ocupa. La mejor manera de evitar estas catástrofes son las actividades preventivas de cuidados de nuestros montes, que además suponen miles de peonadas para esa Andalucía que se despuebla. Los cinturones y las grandes murallas verdes en desarrollo ya en algunos países están suponiendo una recuperación de la población y de la economía interior. Por otra parte, como ciudadanos nuestro papel basta con contribuir cada día con diez pequeños detalles que como granos de arena sumarán una amplia y mitigadora playa. Reciclar, aplicar medidas propias sobre el agua y la energía que consumimos, respetar la naturaleza más cercana, ser más consciente con nuestra forma de movilidad, y otras muchas pequeñas acciones contribuyen sobre todo a concienciar a los que creen que mejor que lo hagan otros, y en especial a la retórica de gobernantes que ocultan los intereses económicos bajo emblemas del H2030 o proclaman emergencias climáticas vacuas.El cambio global se afronta con un cambio social de abajo a arriba, en caso contrariocorremos el peligro de ser achicharrados en una pira australiana.
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