O de la mentira. Los partidos andaluces se van a emplear a fondo para que sus respectivas posiciones queden meridianamente claras. Y si no lo hacen de voluntad propia, se comprobará por los hechos. Las palabras son prometedoras y los hechos, definitivos.Habrá que analizar los hechos como la única brújula para sacar conclusiones.
La presidenta del Parlamento de Andalucía comenzará las consultas para hacer la propuesta de su candidato a la investidura, tras escuchar a los portavoces de los cinco grupos parlamentarios. Para ello tendrá que romperse la simulación en curso. El PP pacta con Ciudadanos, el PP pacta con Vox y Ciudadanos niega que ambos pactos estén vinculados. Pero resulta que ese trípode, que coordina el Partido Popular, es el pacto de gobierno para formar la nueva Junta de Andalucía. Así que ¡caretas fuera! La derecha ganó las elecciones y tiene derecho a formar gobierno. A lo que no tiene derecho es al engaño, al disimulo y a la duplicidad descarada de discurso. Además el riesgo de ser alcanzado en el engaño es muy alto, uno de los mayores que todo lo deciden las direcciones nacionales independientemente de los “líderes” andaluces, cada día menos líderes y más correveidiles en Andalucía de sus partidos.
En fin, que acabe la comedia cuanto antes es lo que importa. Las declaraciones grandilocuentes por un lado y las discretas charlas de confesionario por otro son inmerecidas para los andaluces. Es absurdo -tras oír todos los discursos pronunciados en campaña - pensar en cualquier otra solución que no sea la prevista desde las 22 horas del dos de diciembre de 2018. La derecha -toda la derecha- gobernará Andalucía dentro de poco. No corre peligro el Estatuto de Autonomía de Andalucía, ni el 28 de Febrero, ni la autonomía andaluza porque los partidos que han ganado no tienen mayoría suficiente para cambiar nada de ello. Sí se juegan otras cosas. Las políticas sociales, educativas, sanitarias, económicas y culturales se acomodarán a las intenciones del nuevo gobierno y del nuevo parlamento. En este escenario es una evidencia que Ciudadanos y Partido Popular serán los partidos que marcarán la pauta y utilizarán como un incómodo socio -al menos para Ciudadanos- al partido Vox, que decidirá finalmente los presupuestos andaluces y las leyes de ideología conservadora. Se verá hasta donde llega el giro que se está preparando en la política andaluza.
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