En román paladino

¡Vaya 2 de mayo!

La protesta feminista se añadió a la de la corrupción

Publicado: 03/05/2018 ·
09:45
· Actualizado: 03/05/2018 · 09:45
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Autor

Rafael Román

Rafael Román es profesor universitario, miembro del PSOE, exconsejero de Cultura y expresidente de la Diputación de Cádiz

En román paladino

El autor aborda en su espacio todos los aspectos de la actualidad política tanto de España, Andalucía y la provincia de Cádiz.

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Lo de Madrid pasa ya de castaño oscuro. Ya tira para negro. Ninguno de los expresidentes populares —Alberto Ruiz-Gallardón, Esperanza Aguirre, Ignacio González y Cristina Cifuentes— acude a los actos oficiales por motivos políticos,  procesales o judiciales y no porque se encuentren de viaje fuera de Madrid. 

Mientras que tenían lugar los actos oficiales con  un presidente en funciones y la asistencia, como auxilio de oxígeno,  de la vicepresidente del gobierno, Soraya Sáez de Santamaría, y la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, que ha defendido a Cristina Cifuentes hasta el mismo día de su dimisión y que precisamente tuvo que comunicarle, por orden de Rajoy, que,  antes de las 12 del día de la  filtración del video del supermercado y las cremitas, tenía que irse por la puerta de atrás.

El 2 de mayo Madrid se levantó contra los invasores franceses y de ahí que se celebre ese día la fiesta de la comunidad autónoma. Ayer el levantamiento se reprodujo.

Esta vez no fue contra los franceses sino contra los dirigentes políticos que han convertido Madrid en un hediondo pozo de corrupción.  Precisamente es el mismo día de otra filtración, la de la guerra de las tesorerías.

El Mundo trascribe las declaraciones ante el magistrado De la Mata del exdelegado del Gobierno en Ceuta, Luis Vicente Moro: “Lapuerta quería tener una influencia decisiva en las adjudicaciones de Madrid. Al no ponerse de acuerdo en nada, se produjo una lucha de tesorerías, de influencias… Una lucha entre la tesorería nacional y las distintas consejerías del Gobierno de Madrid para tomar el control”. La finalidad ya se sabe.

Los pitos y los abucheos  inundaron la Puerta del Sol muy por encima de un acto institucional de entrega de medallas donde el más digno fue el que no ha ido a recibirla.

Emilio Lledó lo dejó claro: “Me enteré de que estaba propuesto para la Medalla de Oro, estas cosas se agradecen pero dadas las circunstancias no me apetecía nada”. 

El eminente filósofo estima  desagradable aceptar una condecoración propuesta por quienes parece que no respetan a algo esencial en España, que es la educación, representada por instituciones como la universidad, la escuela o los institutos. Al acto no acudieron – lo que son las cosas- ni Lledó ni Cifuentes.  Ayer la protesta feminista se añadió a la de la corrupción.

 

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