Francisco Aurelio Dávila Rosso
Paseando por mi linda ciudad de El Puerto sentí una extraña sensación reivindicativa al pararme a mirar frente a una rotonda donde figuraba un nombre de alguien de quien jamás había oído hablar antes. Si bien es cierto que no tenemos porqué conocer a todo el mundo, si que lo es el hecho de que se presupone, que en el espacio-tiempo de nuestra contemporaneidad al menos, deberían sonarnos aquellos nombres que, a nivel municipal, logran alcanzar la categoría de reconocidos o inmortales, digno de recuerdo y homenaje masivo.
No deberíamos tener que preguntar a asociaciones, colectivos u organismos gubernamentales para saber quiénes son o fueron las personas cuyos nombres se han añadido en los últimos años a nuestro callejero.
Poetas, dramaturgos, toreros, médicos, aventureros y otros muchos llegan a hacerse un hueco en el itinerario de nuestros paisanos y cómo no en nuestros corazones.
¿Quién no se encontró a un antiguo amigo de infancia en la Calle Federico Rubio? o ¿Quién no paseaba de pequeño de la mano de su madre por la Plaza Isaac Peral? Y así tantos y tantos nombres de calles, plazas, avenidas, rotondas y monumentos que forman parte de nuestro léxico diario, del gran atrezzo de esta tragicomedia que es la vida.
Pues bien, parado yo allí ante esa rotonda que nada me decía , me asaltó la duda. Si hiciera una encuesta en mi ciudad y preguntase a mis paisanos si conocían o habían oído hablar alguna vez de la persona cuyo nombre allí Lucía y preguntase también si conocen a uno de nuestros personajes portuenses sin calle, rotonda, avenida o plaza, como por ejemplo, nuestro querido don Manuel Rodríguez Sánchez, popularmente conocido como Manolo "El polvorón", ¿que porcentaje de síes sería el más alto?
Yo mismo me contesté rápidamente. Ganaría Manolo. Y es que en esta ciudad, a nivel institucional, parece que nos da alergia reconocer a nuestros grandes personajes cuando aún los tenemos con nosotros.
Por eso, reivindico y pido desde hoy una rotonda, calle, Plazoleta, Plaza o escenario que lleve el nombre de don Manuel Rodríguez Sánchez “El polvorón”. Quienes nos hemos criado viéndolo y hemos seguido sus quehaceres sabemos que ha sido y sigue siendo una de las personas que más se han volcado y que de manera más ilusionante y entregada vive las fiestas de barriada, la Semana Santa y todas nuestras fiestas locales, para algunas de las cuales ya ha sido Gran Visir Vitalicio, componente de la primera agrupación carnavalesca de personas con discapacidad que concursa con todas las de la ley en el Gran Teatro Falla y otras cosas muchas más.
También sabemos que este año se le concederá el Gañote de oro 2020. Lo conocen niños y mayores en numerosos rincones de El Puerto de Santa María y vuelvo a preguntarme ¿Para cuándo una plaza, calle, avenida o rotonda para don Manuel Rodriguez Sanchez? Al menos él es conocido y querido por todos. Nadie disfrutaría ese honor tanto como él y sin duda cabe que merecido lo tiene por hacerse un sitio en la memoria de varias generaciones de nuestra ciudad.
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