La semana se cobra la tercera víctima en el ‘Racing-gate’ particular y parece estar viviendo los días más convulsos de los últimos años. Tras la dimisión de Manuel Muñoz el pasado lunes, en esta ocasión le seguían Manuel García Campos y Miguel Peinado.
El 5 de octubre, tal y como este medio titulaba en aquel artículo “Marejada a la vista”, se intuía que más pronto que tarde habría movimientos en el seno directivo racinguista. Era un secreto a voces. Una realidad que ha convivido de la mejor de las formas. La ruptura era cuestión de tiempo, sólo encontrar el momento oportuno. Ése llegó y explotó.
Se avecinan tormentas, y de las grandes, al otro lado de la Ribera del Guadalete. Campos, en labores de marketing, renuncia al cargo que ha ocupado en los últimos años. Responsable, también, de las labores intermediarias en el concurso de acreedores y enlace directo en los asuntos de la Federación Andaluza, era el responsable en los desplazamientos que ha venido realizando el primer equipo en las últimas temporadas.
Las diferencias existentes se evidenciaron hace tiempo y las dimisiones, escalonadas y por etapas, se sucedieron una a una. Cada vez menos presencia física en una escuálida junta directiva y con unas elecciones en el horizonte.
Las primeras diferencias las hizo públicas el propio presidente Ignacio Corzo, cuando hizo saltar las alarmas al filtrar a la prensa que “podría dimitir en enero”. Tras el revuelo que produjeron sus palabras intentó suavizar, sin éxito, dejando traslucir que “si algunos componentes de la junta directiva se encuentran algo quemados y yo no quiero perder amistades por el fútbol, pues, antes de todo, están las personas“. El tiempo ha demostrado que ni una ni otra ha conseguido.
La dimisión no se ha quedado sujeta a una carta fría, la renuncia va más allá en esclarecer unos movimientos. Campos señaló, apuntó y disparó. Acompañado por Juan Castro, otro directivo dimitido meses atrás, y Paco Neto, excolaborador.
El ya exdirectivo no anduvo por las ramas. Llegó a reconocer haber sido insultado con el término de “sinvergüenza”.
“Corzo no sabe; es muy inepto y no sabe dirigir. Él a todo le dice que sí. Está acostumbrado hacer lo que le da la gana”, reconoció durante su rueda de prensa ante los medios.
Afirma haber estado “aguantando e hice un esfuerzo por seguir. Los técnicos y jugadores me apoyaron para no dejarlo. Pero ya no puedo más”.
No tiene dudas de que ”él (por Corzo) no ha llegado tan alto ni el Racing tan bajo. El club se merece algo mejor”, asegura. Entiende que ”los 85 años del club se merecen mayor respeto. Él sólo necesita gente que le diga sí buana”, afirma. Volviendo a incidir en “que no tiene ni idea”.
Preocupación en el vestuario
Reconoce que a los jugadores se les debe una nómina y un 40% de otra, y que éstos ”no quiere que les mientan; quieren sólo la verdad y que sea sincero con ellos y que haya seriedad”. De la misma forma, también admitió que la publicidad que mantiene el Ayuntamiento de Impulsa El Puerto, no va a ser renovada. No se mostró demasiado positivo en el devenir: “El futuro del club es muy verde”.
Dejó abierta una posibilidad a presentarse a unas futuras elecciones. “Me lo estoy pensando, dependerá de quién se presente. Ojalá haya dos grupos”.
Por su parte, Miguel Peinado, aunque “suscribo todas y cada una de las palabras pronunciadas por Campos“, alega no compartir las intenciones del actual presidente con contactar con Manuel Lores para que éste vuelva a tomar el control del club. “No sabemos nada, sólo lo que se ha publicado. No se ha contado con los directivos ni con los socios. El Racing se merece un poquito de respeto”.
La situación visto lo visto augura un presente comprometido y un futuro inmediato incierto. Tres son los directivos que mantienen su acta: Ignacio Corzo, Pedro Terrada y Fernando Soto.
En los Estatutos deportivos de la Junta de Andalucía, artículo 24, anuncia que “una junta directiva estará formada por un número de miembros no inferior a cinco ni superior a veinte”.
Estas dimisiones pudiera acelerar la disolución de la junta directiva y el nombramiento, así, de una junta gestora.
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