El Loco de la salina

¿El perro es suyo?

Hay que tener en cuenta para empezar que hay muchos tipos de mierdas, con perdón.

Es sabido que lo que más abunda en La Isla son las cacas de los perros, y el que no lo sepa es que, cuando pasea, va mirando al cielo para no pisar el material. Ya sé que el tema no es tan agradable como me gustaría, pero las rosas no tienen solamente pétalos. Hay que tener en cuenta para empezar que hay muchos tipos de mierdas, con perdón. Existen, entre otras posibilidades, la que tiene forma de chorizo, la de hechura de ensaimada, la de múltiples bolitas, la semejante a dedo de niño chico y por último la de textura líquida, que, dicho sea de paso, es la más difícil de recoger del pringoso suelo.

En la puerta del manicomio amanece casi todos los días las huellas de algún perro y la verdad es que no hay manera de coger al ciudadano responsable del mismo y tirarle la azotea a la cabeza. Y, como no vamos a estar todas las noches pendientes del incívico dueño del animal que realizó la deposición, tengo que reconocer que no existe ninguna solución a este tema. Bueno, no existía, porque me han comentado que en breve muchos ayuntamientos ya han dado con la tecla, y el nuestro no iba a ser menos. Están pensando en la Casa Consistorial hacer una completa base de datos donde se recoja el ADN de cada uno de los perros de La Isla.

Se parte de la base de que el humo nos va a llevar al fuego. Así, sabiendo el ADN del perro lo demás es coser y cantar. Por tanto, y a fin de que nadie se vaya de rositas dejando atrás lo que otro tiene que recoger, se va a publicar un detallado decreto en el que se obligará a cada dueño de perro a llevar al ayuntamiento un envase aséptico de los de la farmacia con su correspondiente mojón dentro. Se confeccionará una taxonomía con treinta mil registros que son los perros que pululan en nuestra ciudad. Luego se procederá a identificar el ADN de todos y cada uno de ellos sin que se sepa hasta el momento por cuánto nos va a salir la broma. No vayan a creer que la mierda es gratis. Si el análisis concluye con que la caca pertenece al perro sospechoso de la cagada, la multa puede ser de agárrate y no te menees ¿Ustedes lo entienden? Yo no lo entiendo. Porque me pregunto yo a mí mismo: vamos a suponer que la mierda recogida es de un perro callejero que ha venido de Cádiz. No está registrado. Ya tenemos un complicado problema y al final nos quedaremos con la mierda en casa.

A la hora del juicio, que por supuesto será muy rápido, se nombrarán automáticamente: un juez, un procurador, un abogado defensor y la acusación particular que es la que lleva la mierda recogida en la calle. De todas maneras estoy loco por contemplar la interminable cola que se puede formar frente a los Gallegos y que seguramente puede traspasar nuestras fronteras. Pero todo sea por localizar a los culpables de que La Isla amanezca todos los días llenita de mierda. En todo caso, se está estudiando contratar a la banda de cornetas y tambores “Virgen del aprieto”, que servirá para amenizar la pestilente cola de penitencia. Por tanto, a partir de muy pronto, si le preguntan eso de “¿el perro es suyo?” no vaya a poner cara de tonto porque está usted superlocalizado.

¡Valiente mojonazo!

 

 

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