Hoy no tengo nada que hacer y les voy a dar la disparatada visión que tiene este loco sobre parte de nuestra historia y de nuestro inmediato futuro. Pero no me hagan mucho caso. Uno de los continentes del mundo es Europa, la vieja Europa. Y digo vieja por no decir combativa., porque Europa se ha tirado combatiendo más años que los que tiene. Por nuestra parte, España se ha estado metiendo en todos los charcos. Fueron continuas las guerras con Inglaterra, con los Países Bajos enviando a un Duque de Alba que era para darle de comer aparte, con Francia y su Napoleón…, las dos guerras mundiales tuvieron su origen en el mismo centro del continente.
En fin, que los europeos saben de batallas más que nadie. Debo reconocer que la terminación de esta palabra (europeos) siempre me ha olido mal. España se trajo de América todo el oro y la plata que pudo. De ahí que los chilenos, argentinos bolivianos… saben que los queremos mucho, porque los convencimos de que hay amores que matan. No todos los cargamentos llegaron aquí, porque para eso estaban los piratas ingleses, franceses, holandeses… Casi todas las riquezas las empleamos precisamente en las guerras que manteníamos en Europa y así nos fue la feria. Al final nos quedamos con una mano delante y la otra detrás, que es como estamos ahora mismo, porque aquellos piratas eran unos benditos si los comparamos con los actuales.
Pues bien, como ya me está doliendo el coco, resumo. Decir bronca y decir Europa ha sido prácticamente lo mismo. No teníamos remedio.
Pero, mire usted por donde, después de la II Guerra Mundial, la cosa se enmendó un poquito y Europa pensó que, si no se llegaba a acuerdos, la cosa se iba a poner más chunga. Por supuesto España se quedaba al margen, como siempre. Nosotros a lo nuestro, con una iglesia metida hasta las cachas en un apoyo incondicional a la dictadura, con un miedo espantoso a cometer pecados, con un desprecio temerario a las cosas de este valle de lágrimas, menos a la riqueza y al poder, y con una manera de entender la política que necesitaría cuatrocientas Alayas para empezar…Así nos iba y así nos va.
Un buen día España se dio cuenta de que no podía seguir por ese tortuoso camino y nos metimos en Europa, porque, hasta que no se acabó la dictadura, los españoles éramos del caudillo y de nadie más. Murió el caudillo y ya pasamos a ser de nuestra madre la democracia, aunque todavía no sabemos si es madre biológica o de adopción. Han pasado los años, cambiamos las pesetas por los euros. Y, si antes te producía angustia cambiar un billete de mil pesetas, ahora puedes coger una depresión al sacar uno de 50 euros. Ya estamos en Europa. Y menos mal, porque nuestros parados vuelven a salir con una mayor confianza a buscarse la vida en las tierras no hace mucho tiempo enemigas.
En Europa hay un Parlamento y ahora son las elecciones a ese Parlamento. Como en nuestro país han florecido los chorizos, los ladrones, los sinvergüenzas, los arribistas, los pícaros, los carroñeros, los que son capaces de sacrificar a todo un pueblo en beneficio propio…y la democracia se está manifestando capaz solamente de recortar derechos, e incapaz de cortar tanto abuso y tanto latrocinio, pues ahora vienen las elecciones europeas y no se pueden ustedes hacer una ligera idea del enorme interés que hay aquí en el manicomio por el asunto. No comemos, no dormimos, no pensamos (esto se comprende) y no vivimos de la preocupación. L
a cuestión es que el personal está hartito de esta clase política impresentable (siempre con sus excepciones). ¿Es de extrañar? Ahora llamarán a los ciudadanos a las urnas sin que se les ponga la cara colorada después de cuatro años sin aparecer, porque estos señores se pierden más que los paraguas ¿En manos de quiénes estamos? Debo recordar que los sueldos de los susodichos parlamentarios europeos son de auténtica miseria y por eso nadie se quiere presentar. Mejor dicho, hay cola ¿Tenemos o no tenemos remedio? ¿Es Europa una oportunidad o una bicoca para esa élite política que ahora nos pide el voto? ¿No tenemos mala suerte los españolitos?
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es