El Dedo

Despejando la incógnita popular

Recordarles que los intereses de todos los españoles está por encima de los intereses de partido

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  • Soraya Sáenz de Santamaría. -

Mañana sabremos quién será la persona que dirija la gestión del Partido Popular, quién será su representante máximo, presidente o presidenta, da igual, lo cierto es que tiene por delante una labor difícil para poder enderezar y regenerar a un partido completamente desprestigiado. Un partido que ha hecho un gran ridículo, fuera y dentro de la nación como consecuencia del desafío de los independentistas catalanes.  

El que fuera hasta hace poco el presidente del Gobierno, encargó a la toda poderosa Sáenz de Santamaría que se instalara en Barcelona para poner orden por la llamada ‘Operación dialogo’, y el desastre no pudo ser mayor tras anunciar con rotundidad que el 1 de octubre no habría referéndum en Cataluña ni por supuesto habría urnas, unas urnas opacas que cuando llegaron a los colegios electorales, antes de empezar la votación ya estaban llena de papeletas, por eso no eran transparentes como suelen ser todas las urnas.  

Esta aseveración la hizo nuestra Soraya el 29 de septiembre y al día siguiente, Rajoy respaldaba a su vicepresidenta asegurando que no habría referéndum ni urnas. Pues bien, el 1 de octubre de 2017, es decir, 24 horas después, como todo el mundo sabe, se celebró un referéndum en Cataluña, por supuesto ilegal, y había urnas hasta en los quioscos, unas urnas chinas que con todo descaro unos días antes se habían presentado públicamente por el ahora encarcelado Oriol Junqueras.

Para llevar a cabo su cometido, la vicepresidenta, que era responsable del Centro Nacional de Inteligencia, puso al frente de las fuerzas del orden a su director, al general Félix Sanz Roldán, un militar que demostró en esos días su incapacidad para dirigir el servicio secreto de la cuarta economía del mundo, poniendo a España durante esos fatales días a los pies de los caballos de todos los medios internacionales.  

La todopoderosa responsable tendría que haber destituido al general y, después, presentar su dimisión irrevocable. El PP no necesita soldadores ni apósitos para lograr la unidad como predica Soraya, el partido lo que necesita es a volver a ser el referente del centro-derecha y convertirse en el partido liberal-conservador que fue durante la mejor época de su historia y para ello está Pablo Casado, joven, leal, humilde, conocedor del partido, defensor de la libertad, de la sociedad abierta, de la economía de mercado, de la familia y de la unidad de España; sabedor sin la más mínima sombra de duda que los catalanes independentistas serán derrotados con la mano dura del Gobierno y sobre la base de una intransigencia total.  

Tanto la una como el otro, recordarles que los intereses de todos los españoles están por encima de los intereses de partido. La respuesta como digo, el sábado a las 13 horas.  

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