Educar para el futuro

Estadísticas para camuflar las promesas políticas

Valga como ejemplo que para dar relevancia a los asesinatos machistas se evita distinguir las particularidades de cada caso de mujer asesinada

Publicado: 08/03/2019 ·
11:14
· Actualizado: 08/03/2019 · 11:14
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Autor

Antonio Monclova

Antonio Monclova es biólogo, doctor en prehistoria y paleontología, master en arqueología y patrimonio

Educar para el futuro

Análisis, crítica y reflexión sobre las necesidades pedagógicas de la sociedad para difundir el conocimiento y la cultura

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Actuar en consecuencia con nuestras ideas puede interpretarse como algo coherente pero no conlleva ningún beneficio si se hace desde posturas equivocadas o intransigentes. Son muchos los que ignoran el perjuicio que pueden causar cuando consideran que su forma de pensar o de abordar un asunto es la correcta sin antes someterla a una mínima crítica desde el razonamiento lógico.

Estas personas no suelen estar dispuestas a realizar el esfuerzo que supone educar su sentido crítico y tienden a asumir fácilmente cualquier idea o postura que, aunque sea irrazonable, les parezca indiscutible, algo que se consigue acompañándolas de estadísticas cuyos datos generan engañosos razonamientos que apelan especialmente a los buenos sentimientos.

Es bastante preocupante que en la lucha por alcanzar el poder durante las campañas electorales la mayoría de los políticos no dudan en utilizar los datos estadísticos para convencer al ciudadano de la existencia de unas situaciones y problemas que ellos mismos solucionaran. Pero es más preocupante que la mayoría de las interpretaciones que se hacen de esas estadísticas solo sean burdas manipulaciones que sonrojarían a cualquier matemático honrado.

Entre las trampas estadísticas más chapuceras utilizadas por los políticos para que el ciudadano confié ciegamente en la relevancia que posee un problema destacan: no tener en cuenta la categorización de los datos utilizados; utilizar según convenga los valores absolutos o los tantos por ciento de la incidencia del problema; no tener en cuenta la relevancia del tamaño de la población afectada por el problema; evitar hacer comparaciones entre la incidencia de problemas diferentes.

Valga como ejemplo que para dar relevancia a los asesinatos machistas se evita distinguir las particularidades de cada caso de mujer asesinada, se utiliza el número de mujeres asesinadas (valor absoluto) pero no el porcentaje de ese número en la población total de mujeres y además no se compara el número de mujeres asesinadas con el número de personas que mueren por problemas como, por ejemplo, los accidentes de tráfico. Quiero aclarar (aviso a los listillos) que denunciar la manipulación estadística de un problema no es decir que no existe.

Estas trampas estadísticas no son precisamente sutiles y para darse cuenta de ellas no hay que saber muchas matemáticas, basta con aplicar la lógica y la razón, algo que todos sabemos.

Además siempre se le puede preguntar y pedir consejo o explicación a quien esté más preparado que nosotros, algo infinitamente preferible a confiar ciegamente en lo que nos digan.

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