Editorial Sevilla

Tiempo y distancia

Los usuarios de las actuales sedes judiciales tardan en llegar el mismo tiempo que emplearían en ir hasta la Ciudad de la Justicia en Palmas Altas

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La Sociedad Estatal para la Exposición Universal de Sevilla 1992 puso de moda hace casi 30 años la palabra isocrona para imbuir en los potenciales visitantes la idea de que el evento no quedaba tan lejos como podía parecer a simple vista porque era accesible desde diversos radios en cuestión de una, dos o tres horas. Así la distancia ya no se medía en kilómetros sino en tiempo (minutos u horas), en función de la velocidad de los medios de transporte de la época y de la cantidad y calidad de las infraestructuras que los canalizaban. Ese mismo concepto es el que, por ejemplo, aplican las inmobiliarias cuando anuncian sus pisos por los minutos a que quedan del Metro.

El estudio de movilidad realizado por la Junta de Andalucía con motivo del proyecto de Ciudad de la Justicia en Palmas Altas revela que el tiempo medio que emplean los usuarios en desplazarse a las actuales sedes judiciales es de una media hora, similar por tanto al que tardarían en llegar hasta Palmas Altas, como los cientos de miles de visitantes al colindante centro comercial Lagoh han podido comprobar por sí mismos o lo hacen a diario los vecinos de Los Bermejales. Por tanto carece de sentido la numantina oposición de los miembros de la carrera judicial a la Ciudad de la Justicia en Palmas Altas con el argumento de que está demasiado lejos cuando los usuarios tardarían en llegar allí lo mismo que ahora al Prado o la Buhaira.

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