Editorial Sevilla

La agonía de la Sinfónica

La Junta y el Ayuntamiento deben arbitrar una financiación estable para la Sinfónica, que acumula seis causas de disolución en los últimos seis años

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Centenares de sevillanos asistieron en la Plaza Nueva al concierto al aire libre que se inició con la ‘Marcha Fúnebre’ de Chopin y que ofreció la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS) en protesta por la crítica situación económica del denominado buque-insignia de la cultura sevillana, un buque que hace aguas con demasiada frecuencia, como demuestra el hecho de que ha entrado en causa de disolución por sexta vez consecutiva debido al déficit que acumula año tras año.

Para evitar el desprestigio nacional e internacional que supondría la quiebra de la ROSS en una ciudad declarada en 2006 como la primera musical del mundo por la Unesco, el último Pleno del Ayuntamiento antes de las elecciones municipales del domingo aprobó “in extremis” una aportación extraordinaria de 290.000 euros, pero aún no ha movido ficha la otra Administración corresponsable, la Junta de Andalucía. Con el denominado Gobierno del cambio en San Telmo nada ha cambiado para la ROSS, que vive en una permanente agonía. Es obvio que una institución no puede gozar de estabilidad cuando año tras año acaba en causa de disolución y se salva en el último minuto mediante aportaciones extraordinarias. Sufre un déficit estructural que debe liquidarse no con parches anuales, sino con una solución definitiva que garantice sin sobresaltos la continuidad de uno de los grandes exponentes de la cultura de Sevilla.

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