La Corporación Municipal y representantes de los sindicatos guardaron a las puertas del Ayuntamiento un minuto de silencio por la muerte de un trabajador que se precipitó al vacío cuando montaba una escalera de emergencia en una torre de pisos que junto al club Pineda promueve Insur. En paralelo, otro trabajador sevillano, residente en Puebla del Río, moría la semana pasada al caer desde un sexto piso en una promoción de viviendas en Cádiz. Estas dos muertes en tan sólo los primeros diez días de 2019 empeoran la estadística de la siniestralidad laboral, ya que el año pasado la media de accidentes laborales mortales fue de uno cada doce días.
Sorprendentemente, ha trascendido que las Administraciones Públicas no van a contabilizar el accidente mortal acaecido en Sevilla capital en su estadística de siniestralidad porque el trabajador fallecido figuraba dado de alta en el régimen de autónomos. Nos parece una discriminación incomprensible y que parece encaminada a maquillar la serie para ocultar la gravedad del problema, ¿o es que acaso este fallecimiento se va a computar como muerte por causas naturales? Sevilla, con 21 accidentes mortales en 2018, lidera la estadística en Andalucía, de ahí la necesidad de una concienciación de toda la sociedad para evitar más tragedias en los tajos, impropias de una sociedad desarrollada.
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