Cada dos por tres el Alcázar protagoniza noticias negativas, señal de que su gestión durante este mandato está dejando bastante que desear. De la caída de una rama sobre un grupo de visitantes, uno de ellos herido de gravedad, hemos pasado a conocer la existencia de una red que revendía entradas al doble y más de su precio en taquilla a los turistas, con el señuelo de que así guardarían menos cola o podrían visitar zonas fuera de la ruta habitual. A raíz de descubrirse esta trama, el delegado de Cultura, Antonio Muñoz, ha caído en la cuenta de que si las entradas hubieran sido nominativas, como en la Alhambra y en otros monumentos foráneos, se habría evitado la estafa.
Si gobernar es prever, esta imprevisión de no haber evitado el riesgo de lo que finalmente ha acabado ocurriendo es otra demostración del desgobierno existente en el Alcázar. Item más, también ahora, como reacción se reorganiza el sistema de ventas de la forma en que pudo haberse hecho antes y no se hizo: trasladando las taquillas al Patio de Banderas y organizando diversas colas ante la Puerta del León para que no haya una sola, que contribuye a la actual imagen de congestión. Sería el momento de evaluar un cambio radical en la venta de entradas y en los accesos, de forma que el principal fuera por el Patio de Banderas para liquidar de una vez el proyecto de demoliciones en el Patio del León con el turismo como coartada.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es
